La locución latina ‘Ex ungue leonem’ se traduce como ‘por la garra (se conoce) al león’ y hace referencia a que la visión de un fragmento puede dar una imagen de la totalidad del conjunto. La muestra recoge así piezas de mármol conservadas en colecciones particulares, como el Fitzwilliam Museum de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, y en el Museu d’Art de Girona, dando al visitante una idea de cómo podía ser la portada del monasterio de Sant Pere de Rodes, una de las obras maestras del arte románico.
Fuerza expresiva
Las cuatro cabezas fragmentarias fueron realizadas por el maestro de Cabestany probablemente en el segundo tercio del siglo XII. Se caracterizan por su fuerte geometrización, a manera de cubos, y por su gran fuerza expresiva, uno de los rasgos más singulares de la obra de este artista.
Las cabezas presentan pómulos angulosos, ojos oblicuos, con los globos oculares destacados, y sus extremos están marcados a golpes de trépano, también a veces aplicado al cabello.
En el MNAC, las esculturas se presentan en las salas de la colección permanente, agrupadas en una vitrina, con el objetivo de mostrar la fuerza creativa, el fuerte sentido escultórico y el recuerdo del arte antiguo que singulariza a estas obras y a su autor.
El Maestro de Cabestany
El nombre dado al escultor y a su taller proviene de una de sus obras más representativas, el tímpano de la iglesia rosellonesa de Cabestany. Fue Josep Gudiol i Ricart el primero que definió su estilo y esbozó el alcance de su actuación, en el año 1944. El estilo del Maestro de Cabestany es singular, fácilmente reconocible y basado en una figuración contundente. La fuerte personalidad de su obra ha provocado numerosos interrogantes e hipótesis sobre su taller y sobre la manera en la que vehiculó su producción.
La obra del Maestro de Cabestany está muy relacionada con talleres como los de Toulouse. La mayor parte de su producción se sitúa en centros benedictinos y en puntos vinculados con las vías de peregrinación.