El corsario, que llega a los Teatros del Canal de Madrid del 25 al 27 de abril con Rojo como primera bailarina, tiene las entradas agotadas desde hace meses y es una buena prueba del momento que vive el famoso ballet británico. Bob Ringwood (Batman, Alien 3, Star Trek Nemesis) ha sido el encargado de crear una nueva escenografía y un nuevo vestuario para la historia, que cuenta con la puesta en escena de Anna-Marie Holmes, en base a la coreografía de Marius Petipá y Konstatin Sergeyev. Gavin Sutherland es el encargado de dirigir a la Orquesta Sinfónica Verum.
Con este ballet basado en el poema de Lord Byron, Tamara Rojo pretende darle una identidad propia a la compañía, ya que ninguna otra lo ha hecho antes en Reino Unido. Reconoce que ha mirado esta producción por primera vez como si fuera una obra de teatro, ya que «muchas veces permitimos que los ballets sean bellos, pero injustificables desde el punto de vista narrativo».
Segura de sí misma, con sinceridad y con años de experiencia, Rojo conversa con hoyesarte.com.
¿Qué supone para usted el English National Ballet?
Fue la compañía que me dio mi carrera, donde hice mi primer gran rol, y con la que los medios de comunicación de Reino Unido se interesaron por mí. Fue la compañía que me lanzó. Para mí es mi casa, obviamente mi carrera en el Royal Ballet también es importante, pero siempre tuve esas ganas de volver al English.
¿Por qué los bailarines españoles talentosos se ven obligados a irse?
Lo que pasa es que aquí hay menos oportunidades de desarrollar una carrera clásica. Las oportunidades por ahora siguen sin existir. No es que no se les reconozca. A mí, desde el principio, desde que gané el concurso de París, me reconocieron. Salí en la portada de El País Semanal, en El Mundo… Desde el principio reconocieron mi talento, pero aquí no podía desarrollar mi carrera y por eso me tuve que ir.
¿Ha empeorado en los últimos años la situación de la danza en España?
La crisis se nota y ha habido un momento duro al final de la época de Nacho Duato, pero a mí me parece que José Carlos Martínez está haciendo lo que puede y está llevando la compañía en la dirección adecuada. Tengo muchas esperanzas en que consiga poco a poco construir una compañía de prestigio internacional con un repertorio variado que realmente pueda ofrecer oportunidades a los artistas, además de al público.
«España sigue creando talento»
Y a nivel de enseñanza, ¿cómo cree que se encuentra España?
Creo que desde ese punto de vista en España hay mucho, a veces demasiado. Hay muchísimos conservatorios, muchísimas academias, muchísimas escuelas privadas y hasta hubo un momento en que los conservatorios no tenían suficientes alumnos. Creo que se enseña mucho y se enseña bien y por eso también hay tantos artistas fuera. En este sentido hay muchísimo más de lo que hay en el Reino Unido y, en general, es de muy buena calidad. Hay sitios mejores y sitios peores, pero España sigue creando talento.
¿Qué falta entonces?
Faltan compañías de ballet. Realmente no hay. En Inglaterra hay cuatro. Está el Northern Ballet, el Royal Ballet, el Birmingham Royal Ballet y el English National Ballet. Cuatro en Inglaterra más el Scottish Ballet en Escocia, más el de Irlanda del Norte y el de Gales. Siete en Reino Unido, mientras que aquí ni siquiera hay una, porque la Compañía Nacional no tiene todavía la envergadura necesaria para hacer los grandes clásicos. Si tienes un país con siete compañías que pueden dar trabajo frente a otro que no tiene ni una gran compañía clásica…. Obviamente la gente se tiene que ir.
Se ha encaminado hacia la dirección artística, ¿es muy consciente de la edad vital de una bailarina?
Es algo que tienes muy presente desde que empiezas como profesional. Sabes que tienes una carrera limitada porque tu cuerpo llegará un momento en que no podrá hacer ciertas cosas. Sé que me estoy acercando a ese momento y tengo gente a mi alrededor en la que confío y cuando llegue sé que voy a poder tomar la decisión adecuada.
«La danza es la forma más instintiva de comunicación de las emociones»
¿Cuál es su reto con el English National Ballet?
Me gustaría que llegara a ser una referencia mundial de la danza desde el punto de vista de las nuevas creaciones, de los coreógrafos con los que colaboramos y de los artistas y músicos que trabajan en la organización.
¿Qué significa para usted la danza?
Es la forma de expresión más humana que existe, la más instintiva forma de comunicación de las emociones. Como no tiene un lenguaje de palabra es totalmente global y cualquiera la puede entender. Alguien ve un espectáculo de ballet y, aunque sea su primera vez, entiende las emociones de las personas que están en el escenario, ya sea español, chino, de la jungla… No importa. Por eso para mí es tan importante. La danza es algo intrínsicamente humano. Es la necesidad de conectar nuestras emociones.