En total son seis edificios los elegidos: el Palacio del Marqués de Fontalba, que podrá verse en abril; el Palacete de Don Guillermo de Osma, en mayo; el Palacio de Fernán Núñez, en junio; la Casa Palacio de don Manuel González-Longoria, en julio; el Palacio de Godoy, en agosto, y el Palacio Bauer, en septiembre.
Los interesados tendrán que inscribirse previamente en la web del programa y se han previsto 4.500 plazas. Generalmente, las visitas serán dos por semana en tres turnos cada día. El primer de ellos será el de la Fiscalía General del Estado, que a partir del 14 de abril se podrá visitar lunes, martes y miércoles de Semana Santa, además del Sábado Santo, y el resto de semanas, los viernes por la tarde y sábados por la mañana.
Los palacios son bienes culturales que atesoran infinidad de valores patrimoniales (históricos, artísticos, antropológicos, etc). Su construcción, promovida mayoritariamente por iniciativa privada, así como el devenir de los tiempos, que ha transformado a muchos de ellos en sede de instituciones públicas que suelen carecer de visitas guiadas regulares.
Los seis palacios
– Palacio Marqués de Fontalba (Fiscalía General del Estado). Paseo de la Castellana, 17. Fue diseñado en 1911 y es un ejemplo representativo de la vivienda para la nobleza burguesa de la restauración alfonsina, llevando su monumentalidad y ostentación al exterior. El palacio tiene planta rectangular, de 985 metros cuadrados de superficie, y tres pisos: bajo, principal y segundo, más semisótano, organizados alrededor del majestuoso Gran Hall o patio cubierto, un imponente espacio que se puede incluir entre los más amplios de la arquitectura palaciega madrileña.
– Palacete de don Guillermo de Osma (Instituto Valencia don Juan). Calle Fortuny, 43. Uno de los más singulares del barrio de Chamberí por su estilo neomudéjar, destacando entre las suntuosas residencias vecinas de arquitectura francesa. Guillermo de Osma, diplomático y político cubano, dotó a este palacio de una impresionante colección artística y documental. El edificio fue encargado en 1889, terminándose las obras cinco años más tarde.
– Palacio de Fernán Nuñez (Fundación Ferrocarriles Españoles). Calle Santa Isabel, 44. Uno de los mejor conservados de la capital, a pesar de haber sido objeto de diversas reformas y ampliaciones, y constituye un buen ejemplo de los palacios de la nobleza afincada en Madrid del periodo isabelino. Su historia se remonta al siglo XVII, cuando Antonio de Robles y Terronas, administrador del Convento de Santa Isabel, decidió parcelar en 23 lotes los huertos del convento y proceder a su venta. Más tarde, Blas Jover, Secretario de Consejos de Felipe V, adquirió varias de las parcelas, en las que mandó construir su vivienda, en 1753. El lugar pasó por diferentes manos hasta que en 1815 el palacio fue heredado por Felipe Mª de Osorio y de la Cueva, duque de Fernán Núñez, que compró un edificio vecino para ampliarlo. Desde entonces fue centro de la vida social madrileña, pasando a ser conocido como Palacio de Fernán Núñez.
– Casa-palacio de don Manuel González-Longoria (Colegio Notarial de Madrid). Calle Ruiz de Alarcón, 3. Situada en el Barrio de los Jerónimos, González-Longoria la habitó desde 1889 hasta su fallecimiento en 1912, siendo entonces adjudicada a su hijo el I marqués de la Rodriga, don Manuel González-Longoria y Leal.
– Palacio Godoy (Centro de Estudios Políticos y Constitucionales). Plaza de la Marina Española, 9. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1962 y se encuentra cerca del Palacio Real, del Senado y del convento de la Encarnación. Es uno de los edificios con más carga historia de la capital y su escalera es una de las piezas más valoradas de la arquitectura madrileña. Su historia se remonta al reinado de Carlos III, cuando el monarca ordenó la compra de terrenos para la apertura de la calle Bailén y para construir la residencia su Secretario de Estado, el marqués de Grimaldi. Fue el propio Francisco Sabatini, el arquitecto real, el elegido para proyectar las actuaciones. Las obras del palacio terminaron en 1778.
– Palacio Bauer (Escuela Superior de Canto). Calle San Bernardo, 44. Fue construido en el siglo XVIII sobre una propiedad que antes había pertenecido al Noviciado de la Compañía de Jesús. A finales del siglo XIX adquirió el palacio Ignacio Bauer, banquero de origen húngaro. A su muerte heredó la propiedad su hijo, Gustavo Bauer y Morpurgo, que encargó al arquitecto Arturo Mélida su reforma.