Amar y morir. El caballero de Olmedo aporta una nueva mirada de la obra original de Lope de Vega, que según los expertos es una de las mejores del dramaturgo español. Originariamente, este teatro es una dramatización de un crimen que ocurrió el 1 de noviembre de 1521 en Olmedo, cuando fue asesinado un caballero que regresaba al pueblo tras una fiesta de toros en Medina. El asesino, que le aguardaba emboscado en el camino, era su rival amoroso.
Ahora, 500 años después del suceso, la compañía Kei Jinguji entona este bello clásico con un acompañamiento de muertos. Un coro interpreta a estos muertos que se introducen en el retorcido conflicto psicológico que lleva al amor, a los celos, al sufrimiento, al odio y a la muerte.
Tadayoshi Sakakibara y Masaya Nagano encabezan un elenco que se completa con Senko Hida, Oni Onishi, Ryohei Yamagata, Tomoko Hirai, Yushi Tamagawa, Mayu Shibata, Yuki Kawase, Kei Jinguji, Ayuko Ando, Sakichi Takizawa, Yoko Dambara, Daisuke Kato y Akihiro Yano.
Don Alonso, el caballero de Olmedo, es un hombre marcado por su destino. Como los grandes héroes de la tragedia griega, la aceptación de su sino fatal le llevará irremisiblemente a la muerte antes de poder disfrutar de la compañía de su amada Inés. Se les acabó su tiempo prácticamente antes de empezar. El destino trágico del héroe se impone a la voluntad del hombre. Amor y muerte.
«Cuchilladas y lanzadas dio en los toros como un Héctor, Armado parece Aquiles, mirando de Troya el cerco». Con estas palabras pinta Fabia al héroe ante los ojos de Inés, su amada correspondida, amor en toda su plenitud.
Fabia es Casandra y es Celestina, mujer sabia e intermediadora entre dioses y hombres, conocedora del destino y profetisa certera. Junto a ellos un elenco de personajes que engrandecen el desarrollo de la acción dramática de esta tragedia que, como no podía ser menos, también es comedia.