La muestra recoge una extraordinaria colección de dibujos, todos ellos inéditos, realizados en un período muy concreto y decisivo en la conformación de la personalidad artística de Pinazo, entre 1873 y 1880. Un conjunto con numerosos dibujos pintados a doble cara e integrados en dos libretas tituladas Cuadernos de Italia 1 y 2, en las que se mezclan técnicas como sanguinas, aguadas y plumillas.
Pinazo hizo un primer viaje a Italia por cuenta propia en este periodo. En 1876 llega a una Italia recién unificada y a una Roma erigida en capital del nuevo Estado, sede de la corte de Víctor Manuel II, que fallece en 1878 cuando el pintor se encuentra en la capital italiana. Nada pasa desapercibido para su lápiz.
Pasión y obsesión
La obra sobre papel de Ignacio Pinazo Camarlench (Valencia,1849 – Godella, 1916) es menos conocida que la pintura al óleo, pero se puede afirmar que, solo por su vertiente de dibujante, es ya uno de los grandes creadores de su tiempo.
Desde sus inicios destacó como un hábil dibujante. Su dominio del lápiz le lleva a moverse entre el academicismo y la modernidad, aunque la primera vertiente era la que menos pegaba con su carácter. El dibujo es para el artista una pasión y una obsesión, un medio de conocimiento y análisis del mundo que le rodea. Sus dibujos son obras con valor en sí mismas que tienen un extraordinario valor autobiográfico y de crónica de la vida de su tiempo, como se aprecia en las piezas expuestas.
Los temas que Pinazo utiliza en sus dibujos son variados, van desde los modelos profesionales y los sucesos urbanos hasta las escenas domésticas de su entorno familiar, todo ello compone un mosaico social y vital.
Entre las obras que el público puede ver en el IVAM hay bocetos importantes, como Los últimos momentos del Rey Don Jaime, Las hijas del Cid o El guardavías. Además de un considerable número de estudios de desnudos femeninos y masculinos que permiten apreciar como Pinazo fue un maestro en este género.