El coreógrafo y bailarín aragonés ha querido pasar de una a otra orilla del mar en busca de los orígenes y la posterior evolución de este baile tan característico de su tierra. Esa búsqueda y todo lo que el artista aprendió de ella se ha materializado en Mediterráneo.

Él mismo explica sus intenciones con esta obra: «La decisión de realizar un espectáculo impregnado de aires del Mediterráneo se tomó a partir de unas investigaciones realizadas sobre los orígenes de algunas tradiciones coréuticas y musicales, que se desarrollaron en toda la zona. Profundizando sobre el origen y evolución del baile de la jota, nuestros estudios se han basado sobre la noción del intercambio cultural entre distintos periodos y regiones, potenciando la idea del baile como una expresión que varía y se transforma según el ritmo de los acontecimientos y circunstancias históricas».

Mediterráneo hará honor a su nombre recorriendo distintos puntos del Mare Nostrum, haciendo parada en Tel Aviv, Roma, Trieste o Verona.

Vida dedicada a la jota

Berna lleva bailando jotas desde que tenía ocho años. En 1990 funda su propia compañía bajo el nombre Danza Viva y ese mismo año presenta la coreografía Entre dos al II Certamen de Danza Española y Flamenco en el Teatro Albéniz de Madrid, recibiendo el Premio al Bailarín Sobresaliente.

En los años siguientes presenta los espectáculos Rasmia, Percusión Percusión, La templanza, Solombra y Tierra de dragón, aunándolos todos bajo el título Múdejar, un espectáculo que llevó de gira por distintas ciudades españolas.

En su esfuerzo por mostrar la jota al mundo ha bailado en Osaka y Tokio (Japón) y en el Festival de La Habana en Cuba. También ha actuado en el Festival Flamenco de Nueva York y ha impartido clases magistrales en el City Center de esta misma ciudad, así como en el Ballet Nacional de España.