Hay un tema recurrente en estos paisajes: el mar y, sobre todo, el mar como espacio de disfrute, de vacaciones; un concepto del siglo XX. Lo ideal en el paisaje también está representado en los cuadros de montañas o de jardines, como el espacio evocador del paraíso perdido.
La muestra se divide en cuatro ámbitos que muestran la evolución del paisaje a lo largo de la historia del arte. El paisaje naturalista repasa el tratamiento que hace dicha pintura, de manera realista, pero desvinculando la representación del natural que practicaba la fotografía. Captar el instante se centra en los ideales de los impresionistas, cuyo objetivo era captar las sensaciones cromáticas producidas por efectos de luz sobre los objetos.
Hacia el paisaje expresionista aborda la percepción más subjetiva de la realidad que se dio a principios del siglo XX como respuesta al carácter positivista de la pintura de finales del siglo anterior. Por último, Tránsito a la modernidad explora el lenguaje plástico más allá de la imitación de la naturaleza y de lo que esta desprende, desembocando en un eclecticismo estético.