Titulada Half-A-Wind Show, esta gran retrospectiva, organizada con motivo de su 80 cumpleaños, ofrece una visión completa de la múltiple producción de esta pionera del Arte Conceptual y la performance, una de las artistas más influyentes de nuestro tiempo, una leyenda viva que ocupa un lugar destacado en el arte contemporáneo, la música y el cine experimental.
En las obras de Yoko Ono, a menudo impregnadas de crítica social, son las ideas (no la materia) el componente principal. Muchas de estas ideas son poéticas, ilógicas y utópicas; otras son específicas y realizables. Algunas se convierten en objetos, otras permanecen inmateriales.
La exposición recorre toda la carrera de Ono hasta la actualidad, desde algunas de las obras más significativas de la década de 1960 hasta instalaciones recientes y obras ideadas con motivo de esta retrospectiva, dedicando un apartado a su producción fílmica y musical.
Variado abanico de medios
A lo largo de la tercera planta del Museo, el visitante puede descubrir el variado abanico de medios que ha utilizado a lo largo de su trayectoria: desde las artes plásticas, el dibujo, la poesía, el cine o la música hasta las instalaciones, el vídeo o la performance, entre otros. Sus piezas adoptan formas y soportes heterogéneos para desafiar las ideas convencionales del arte y plantear cuestiones esenciales sobre la existencia humana.
Un fascinante recorrido por los principales temas e ideas que abarcan toda su carrera: como su creencia en el poder de la imaginación, su compromiso político, su sentido del humor y del absurdo o su sensibilidad ante los conflictos mundiales o ante el papel de la mujer en la sociedad. Ideas que parten tanto de su propia biografía como de cuestiones universales, que le han llevado a ocupar un puesto destacado al frente de movimientos como el pacifismo o el feminismo.
Unidad, confianza, equilibrio
Ciertos elementos de la tradición oriental enriquecen las obras de Yoko Ono, cuyo trabajo se basa en ideas, algunas de las cuales se manifiestan en forma de objetos, mientras que otras permanecen en el plano de lo inmaterial. A menudo es posible reconocer en ellas una dimensión poética, un sutil sentido del humor y una actitud de crítica social, girando en torno a conceptos como la unidad, la confianza o el equilibrio.
El punto de partida para muchos de los trabajos son sus Instrucciones, directrices verbales o escritas que la artista dirige al público para la ejecución de acciones utópicas o realizables. De este modo, la autora asigna al espectador un papel activo en el proceso, incitándole a participar y conduciéndole a profundizar en la autorreflexión y el potencial de la mente.
La palabra “Participa”, colocada junto a algunas de las obras, es una invitación directa a interactuar con su obra. Y lo hará por medio de la pieza Entrada (En Trance, 1998/2013), una de sus instalaciones arquitectónicas, consistente una puerta giratoria de cristal y una cortina que da la bienvenida al público a la muestra.
Instalaciones, películas y objetos
Nacida en Tokio en 1933, Yoko Ono pasó su infancia entre Japón y Estados Unidos. En 1952 se trasladó con toda su familia a EE.UU. para asistir al Sarah Lawrence College, a las afueras de Nueva York. Tras estudiar composición y poesía contemporánea e involucrarse en la vanguardista ciudad de Nueva York, es a finales de la década de los cincuenta cuando la artista comienza a alcanzar la fama por sus innovadoras obras experimentales de arte conceptual y performance. La primera parte de la exposición incluye documentación fotográfica y fílmica de las primeras performances y textos, incluyendo obras de arte físicas de la artista.
Sus Instrucciones para hacer pinturas (Instructions for Paintings), escritas en 1961 y 1962, su célebre performance Pieza corte (Cut Piece), de 1964, y la publicación este mismo año del libro Pomelo, una colección de instrucciones, aún hoy vigentes, que son tanto una pieza poética como un manual para impulsar la producción de una obra de arte, contribuyeron a la consolidación definitiva de Yoko Ono dentro de la vanguardia japonesa y estadounidense. Influyó en la formación del movimiento Fluxus, fundado por el artista, diseñador, arquitecto y galerista, George Maciunas.
El 16 de julio de 1961, la artista inauguraba su exposición Paintings & Drawings by Yoko Ono en la AG Gallery de Nueva York. Las obras que se exhibían no guardaban ningún parecido con pinturas convencionales, excepto por el formato. Se trataba de trozos de lienzo sin tensar, pintados con tinta japonesa y dispuestos en el suelo, como Pintura para pisar (Painting to Be Stepped On), o colgados junto a las ventanas y en las paredes.
John Lennon
En ocasiones, la artista ofrecía directrices verbales sobre el modo en que los visitantes podían enfrentarse a las “pinturas” con acciones reales como gotear agua en el caso de Pintura gota de agua (Waterdrop Painting)– o usar la imaginación en Painting for the Wind (Pintura para el viento). El Museo acoge las fotografías originales, tomadas por George Maciunas.
En esta misma sala se incluye Pintura de techo (Ceiling Painting), una obra presentada en la muestra de Ono celebrada en 1966 en la Indica Gallery de Londres. En ella, la artista invita al observador a trepar mentalmente a una escalera blanca situada en la sala, donde una lupa, sujeta con una cadena, cuelga de un marco colocado en el techo. Una vez allí, al utilizar la lente de aumento el observador descubre la “instrucción”: “YES” (“SÍ”). Fue a través de esta pieza como Yoko Ono conoció a John Lennon, quien conmovido por la positividad que transmitía, solicitó que le presentaran a la artista.
También se encuentran en este recorrido las obras Media Habitación (Half-A-Room, 1967) y Dispensadores de aire (Air Dispensers, 1971). La primera de ellas representa una estancia donde todos los objetos, desde una maleta hasta unos zapatos, se han reducido a la mitad y pintado de blanco. El tema de fondo es la bisección tanto física como psíquica, que Ono considera una condición de la existencia humana. Por su parte, Dispensadores de aire consiste en un dispensador de caramelos, aunque, en este caso, relleno de cápsulas aparentemente vacías. Sin embargo, estos recipientes de plástico están llenos de algo muy preciado: el aire, que para la artista es «la única cosa que compartimos».
Performances fundamentales
La muestra continúa con una sección dedicada específicamente a una disciplina en la que la artista es pionera y ocupa un lugar destacado: la performance. De hecho es considerada una de las personalidades más relevantes de lo que se ha considerado la “edad de oro” del arte de la performance.
A finales de 1964, Yoko Ono regresó a Nueva York procedente de Tokio, donde pasó tres años, e inmediatamente volvió a sumirse en la vida artística de la ciudad. Dentro de este contexto participa en el año 1966 en Destruction in the Arts Symposium (DIAS) en Londres, un evento internacional organizado por Gustav Metzger y otros, que reunía a artistas relevantes de todo el mundo.
En esta sala se encuentra representada, por medio de diversos documentos, su performance más conocida: Pieza corte (Cut Piece, 1964). Estrenada en 1964 en Kioto y considerada un hito en la historia del arte de la performance, en ella la artista invitaba a la audiencia a subir a un escenario donde se encontraba arrodillada o sentada. Una vez allí les invitaba a cortar trozos de su vestido con unas tijeras.
Envolver el león
Una de las acciones impactantes llevadas a cabo por la artista fue Evento de envolver el león (Lion Wrapping Event, 1967), consistente en envolver uno de los cuatro grandes leones que presiden la Plaza de Trafalgar Square de Londres. Su primer intento, en el que utilizó papel, fue interrumpido por la policía. Un segundo intento, esta vez usando tela, resultó exitoso, ya que artista alegó que se trataba de la grabación de una película. Esta acción de Yoko Ono fue considerada como una reivindicación política al intentar borrar uno de los símbolos típicos del Imperio Británico.También se exhibe en el mismo espacio el material que documenta la acción Museo de (pedorre) Arte Moderno [Museum of Modern (F) Art] de 1971. En esta pieza sumamente irónica y subversiva, la artista daba a conocer una exposición individual ficticia suya en el Museum of Modern Art de Nueva York por medio de un anuncio en el periódico americano The Village Voice. En una filmación de siete minutos titulada The Museum of Modern Art se pregunta a los viandantes si han visto la exposición de Yoko Ono en el museo. La mayoría de ellos contesta diciendo algo similar a: “No, pero pienso hacerlo”. Yoko Ono quería llamar la atención pública sobre el hecho de que el museo llevó a cabo muy pocas exposiciones de arte y, en particular, dedicadas a mujeres artistas.
Cine experimental
Tras sus primeras experiencias artísticas con la música y la performance, algunas de las cuales se desarrollaron en el marco del movimiento Fluxus, la artista comenzó a realizar guiones y películas conceptuales en el año 1964. Hasta 1972 produjo un total de 19 filmes, algunos de ellos en colaboración con John Lennon.
En sus propuestas de cine underground, la artista revela su preocupación por aquellos temas presentes a lo largo de su obra como el cuerpo, los derechos de las mujeres o su búsqueda personal de la libertad interior. Una de las salas del Museo acoge al completo trabajos como Violación (Rape), de 1969, un filme rodado en Londres en colaboración con John Lennon, en el que un cámara y un técnico de sonido persiguen durante dos días a una joven elegida al azar en la calle y la acosan filmándola de forma constante sin pedirle permiso, provocando en ella reacciones desesperadas.
También se muestra la famosa película Mosca (Fly), de 1970, que muestra un primer plano de una mosca paseándose sobre el cuerpo desnudo e inmóvil de una mujer y en la que el observador tiene ocasión de descubrir extraños y singulares “paisajes corporales” desde la perspectiva de un insecto.
Película n.º 1 (Pieza cerilla) [Film No. 1 (Match Piece)] de 1966 muestra el sencillo proceso de una cerilla ardiendo y consumiéndose en primer plano y a cámara muy lenta. Un fenómeno sencillo que, no obstante, al contemplarlo más de cerca, irradia algo meditativo. Esta obra se podría interpretar incluso en sentido metafórico: la breve existencia humana, que se enciende, luce brevemente y desaparece de nuevo.
Instalaciones y obras recientes
El recorrido de la muestra continúa por una serie de instalaciones de gran formato realizadas en las últimas décadas, así como trabajos de producción entre los que se encuentra Evento agua (Water Event, 1971/2013). Esta pieza, realizada para la primera retrospectiva de Yoko Ono en el Everson Museum of Art de Syracuse en 1971, es un trabajo para el que la artista solicitó la contribución de sus amigos por medio de la siguiente invitación: “Yoko Ono wishes to invite you to participate in a water event by requesting you to produced with her a water sculpture by submitting a water container or idea of one which would form half of the sculpture. Yoko will supply the other half – water”.
Cerca de 120 personas colaboraron, entre ellas los artistas Andy Warhol, Jasper Johns y Willem de Kooning, el compositor John Cage, músicos como el propio John Lennon o Bob Dylan o el actor Jack Nicholson. Los contenedores de agua aportados fueron de lo más variado, desde la botella de leche de George Harrison, al Volkswagen de Robert Watts. El visitante podrá contemplar en Bilbao una nueva versión de esta obra, con contribuciones de los artistas Olafur Eliasson, Christian Marclay, Pilar Albarracín, Txuspo Poyo, Asier Mendizabal y Vasco Araujo, entre otros. Para Yoko Ono, el agua representa una amplia gama de significados y metáforas. Es un recurso universal esencial para la subsistencia y, como tal, es símbolo de igualitarismo. Además es el mayor componente del cuerpo humano, por lo que, en cierto sentido, nos representa.
También se podrá contemplar la instalación Teléfono en laberinto (Telephone in Maze) (1971/2011/2013) consistente en un laberinto de plexiglás cuyos caminos conducen a un cubículo. Este espacio central está construido con un espejo de sentido único que permite a los que están dentro ver el exterior pero, al mismo tiempo, permanecer parcialmente oculto para los que están fuera. Esta cabina alberga un teléfono al que periódicamente llama la propia Yoko Ono para conversar con una persona del público. El interés de Ono por la arquitectura se remonta a principios de los años sesenta e incluso hasta los cincuenta. Esta obra juega con la percepción y la orientación física del visitante con el fin de provocar una experiencia inesperada.
En esta misma sala se encuentra la impactante Pieza de equilibrio (Balance Piece, 1997/2010), una instalación que reproduce una habitación en la que se ha colocado un potente imán eléctrico en la pared lateral izquierda. De esta forma todos los elementos que se encuentran en ella se desplazan bruscamente a la izquierda. En este trabajo la artista explora ideas clave del budismo zen como la búsqueda del “equilibrio mental”, el intento de lograr un punto medio entre opuestos o la autoconciencia.
Completa la sala la serie de 21 fotografías con 21 piezas de texto Memoria vertical (Vertical Memory, 1997) que conducen a lo largo de un viaje vital desde el nacimiento hasta la muerte. Esta serie fue creada, como afirma la propia artista “al disponer juntas fotografías de mi padre, mi marido y mi hijo en las que todos miran en la misma dirección. Las seleccioné, las superpuse y dejé que se mezclaran. Cada foto muestra a un hombre que se preocupó por mí en un momento concreto de mi vida en que yo vivía una situación importante”.
Arquitectura y naturaleza
Otra de las salas en forma de pétalo del Museo acoge dos instalaciones que ocupan el espacio de forma sumamente dramática, que fueron concebidas como obras independientes aunque en varias ocasiones se han exhibido juntas debido a su carácter complementario: Rayos de la mañana (Morning Beams, 1996/2014) y Lecho de río (Riverbed, 1996/2014). En la primera, un centenar de cuerdas blancas de nylon que evocan rayos de luz, emanan desde el techo de la galería hasta el suelo, donde se fijan ancladas por nudos marineros.
La anterior pieza convive en el mismo espacio con una obra de naturaleza muy diferente: Evento de la habitación azul (Blue Room Event), de 1966, una creación basada en la idea de utilizar palabras, escritas por la propia artista en las paredes de la sala, con el objetivo de subvertir la percepción habitual del espacio. Como parte de estas instrucciones se puede leer: “Stay until the room is blue./This window is 2000 ft. wide./This room is bright blue./This room slowly evaporates every day. /This room glows in the dark while we are asleep.”
El recorrido por las instalaciones de Yoko Ono finaliza con Moviendo montañas en una nueva versión creada expresamente para esta exposición. En esta obra se invita al público, de forma individual o en colaboración con otras personas, a meterse en las bolsas presentes en la sala para formar esculturas móviles, todo ello al ritmo de la canción de Yoko Ono Moving Mountains, perteneciente al álbum Between My Head And The Sky.
La exposición finaliza con un espacio dedicado por entero a la producción musical de la artista. Vídeos, grabaciones de conciertos, portadas de sus CD y LP, pósters de conciertos y estaciones sonoras donde poder escuchar su música, incluyendo las colaboraciones de Yoko Ono, entre otros, con su hijo Sean. En el año 1970 se publica Yoko Ono/Plastic Ono Band, que marca un hito en su ininterrumpida trayectoria musical.