Los dos trabajos de Trillo difieren en tiempo y espacio, una de ellas realizada en blanco y negro en Madrid en los años 80 y la otra, en color, situada en Vietnam, Marruecos y Estados Unidos en la actualidad, pero son parte de una misma visión, adentrándose en las tendencias juveniles, siempre díscolas y a la última frente a la centralidad.
En la serie en color se plantea cómo la estética emanada de los movimientos juveniles estadounidenses cala hondo y se impone en países cuya ideología dominante es el comunismo o el islamismo, lo más distante –se supone–; y en la serie en blanco y negro se muestra lo que fue la “otra movida”, la de los barrios y ciudades dormitorio de alrededor de Madrid frente a la afamada Movida Madrileña, territorios más proclives al heavy rock, el hip hop o la estética gótica de entonces. Y aunque sólo esta última serie lleve el subtítulo de Las afueras, todo en realidad son afueras y periferias, costas extremas, parangonadas a Estados Unidos, al mundo anglosajón, el referente y epicentro de los movimientos y modas juveniles que originaron los sismos estéticos ocurridos en las últimas décadas.
La mayoría de las obras de Las afueras nunca había sido expuesta por Trillo. Y las fotos en color de Costa Este – Costa Oeste se exhiben por primera vez en esta muestra.
Éste es el último proyecto del artista, trabajo intermitente de cinco años, iniciado en 2010 y acabado en 2014 y que le ha llevado por ciudades de tres continentes: el asiático, el africano y el americano. Seis capitales muy distantes (Hanói, Ho Chi Minh-Saigón, Rabat, Casablanca, Nueva York y Los Ángeles) unidas armoniosamente por la mirada atenta y reflexiva de Miguel Trillo en plena era de la globalización.