Rego es una de las voces más influyentes del panorama artístico internacional. Comenzó a dibujar siendo una niña y se fue a Londres a estudiar en la Slade School of Fine Art.
Creadora incansable, en sus obras se advierte una gran tenacidad artística, como demuestran los cambios de estilo que ha ido desarrollando a lo largo de las distintas etapas de su trayectoria.
Metáforas de la realidad
Una selección de más de medio centenar de obras ayudan al visitante de la exposición a adentrarse en el mundo de fábulas reales que caracteriza a esta artista conocedora de los cuentos infantiles y apasionada por la iconografía popular.
Entre sus fuentes de inspiración se pueden encontrar, además de la literatura o la ópera, sus propias experiencias personales y sus recuerdos infantiles. Rego consigue mezclar todas esas vivencias y convertirlas en metáforas de la realidad, dejando un legado artístico único e irrepetible.
Retrospectiva
Comisariada por Marisa Oropesa y María Toral, la muestra se inicia con obras de los años 60, caracterizadas por un estilo informal o incluso neodadaísta, para dar paso a piezas de años posteriores ya más figurativas. Sus obras de los años 80 están invadidas de imágenes infantiles, a veces fetichistas e, incluso, traumáticas. Los animales toman protagonismo y son el centro de su lenguaje pictórico.
En estas últimas décadas, la portuguesa se ha centrado más en temas sociales como el aborto, los abusos de poder o la política, y las realidades polémicas que están relacionadas con los comportamientos humanos, pero siempre, como ella misma reconoce, intentando ayudar a la mujer.
Esta exposición es una excelente ocasión para dejarse llevar por el personal mundo de Paula Rego. El visitante se encontrará ante pinturas emblemáticas, como acrílicos de gran formato, sus inconfundibles pasteles, así como sus inquietantes dibujos. En la muestra destaca principalmente la obra sobre papel, la más abundante en su producción, incluyendo además algunos dibujos preparatorios y bocetos.