Navarro es uno de los artistas más representativos de la escultura española de los años setenta y ochenta, orientada especialmente al espacio expandido de las instalaciones así como a las intervenciones sobre la naturaleza y a las acciones sobre el cuerpo.
Desde 1973, el artista valenciano, con sus inconfundibles ciudades o “agrupamientos”, construye un prototipo de instalación de carácter escultórico que integra conjuntos de pequeñas piezas configuradas a modo de estructuras y construcciones diversas que van de lo rural a lo urbano y de lo medioambiental a lo industrial.
A partir de esa época ha venido creando una obra en la que las estructuras constructivas y las configuraciones espaciales y ambientales expresan metáforas sobre el tiempo y el espacio con un valor universal que le ha valido un amplio reconocimiento en el ámbito artístico internacional.
La proyección de Navarro se ha visto avalada sobre todo por sus creaciones para la vía pública, pero, además, sus obras forman parte de más de una treintena de museos y colecciones nacionales e internacionales, entre los que se encuentran el Reina Sofía de Madrid, el IVAM de Valencia, el Guggenheim de Nueva York o el Pompidou de París.