Durante mucho tiempo, la consideración estética de la fotografía se limitó a imágenes individuales, capaces de funcionar de manera semejante a pinturas o grabados, esquema desarrollado igualmente por historiadores y conservadores de museos para formar un canon de «obras maestras» para su estudio y exhibición. Pero este modelo no es el único, y muchos fotógrafos no pueden sintetizar su trabajo en una sola imagen, concibiendo su obra en forma de serie.
Ambos modelos generan dos historias de la fotografía coherentes: una compuesta por fotos para colgar en las paredes, con un número limitado de copias, a la venta en galerías de arte; y otra en forma de libros, con posible reedición, disponibles en librerías. La mayoría de los fotógrafos prefieren esta última opción: “los cuadros en las paredes y las fotos en los libros” (Cartier-Bresson).
Presentar, comunicar y leer
Un fotolibro es una publicación compuesta por fotografías ordenadas como conjuntos de imágenes con argumentos y significados complejos. Es el medio utilizado por algunos de los principales fotógrafos para producir sus mejores obras, un modelo de eficacia comprobada para presentar, comunicar y leer fotos. Son cada vez más reconocidos como el mejor medio para presentar conjuntos fotográficos.
En el caso español, la historia de los fotolibros está determinada por los avatares de la propia historia nacional, como la Guerra Civil y la transición democrática, temas de algunos de los mejores trabajos. Además de la propaganda, también son asuntos destacados los cambios en la imagen y el papel social de los campesinos y, sobre todo, de la mujer. La relación entre literatura y fotografía es otra característica de los fotolibros españoles, entre los que hay asimismo obras más cercanas a la historia internacional de los fotolibros, como las publicaciones de temática urbana.
El estudio de los fotolibros está provocando una relectura de la historia de la fotografía en diversos países. Algo que también está ocurriendo en el caso español. Junto a fotógrafos conocidos (tales como José Ortiz Echagüe, Alfonso, Francesc Català-Roca, Ramón Masats, Xavier Miserachs, Francisco Ontañón o Colita), esta exposición mostrará a un buen número de autores de primera fila poco menos que inéditos, a pesar de haber publicado en su momento espléndidos conjuntos fotográficos; es el caso de fotógrafos como Antonio Cánovas, la obra colectiva de Misiones Pedagógicas, José Compte, Enrique Palazuelo, Luis Acosta Moro o Salvador Costa.
Distintos ángulos
La exposición comienza con tres fotolibros editados antes de 1936, entre los que destaca el más antiguo de todos ellos, ¡Quién supiera escribir!… (1905), adaptación fotográfica de un poema de Ramón de Campoamor publicada como una serie de postales y un fotolibro. La secuencia de imágenes, realizada por Antonio Cánovas, es una recreación con actores y escenografía teatral, «un conjunto de cuadros vivos subtitulados como el cine, que en 1905 es todavía tan nuevo como el fotolibro», comenta Horacio Fernández, comisario de la muestra.
El medio rural y sus habitantes son analizados a comienzos del siglo XX desde dos ángulos completamente distintos: la mirada al pasado de José Ortiz Echagüe y las publicaciones progresistas desarrolladas por Misiones pedagógicas. Echagüe documenta la vida popular durante los años veinte buscando la tradición en Spanische Köpfe (Tipos y trajes de España), uno de los libros fotográficos españoles de mayor difusión, editado 12 veces a partir de 1929. Misiones pedagógicas es un proyecto colectivo de la Segunda República cuyo objetivo es acercar lo urbano al mundo rural a través de la cultura.
El fotolibro colectivo Madrid (1937) retrata el asedio de la capital visto desde la retaguardia más que desde el frente. Mujeres de la Falange (1939), de José Compte, reúne una colección de fotografías publicadas en revistas y en formato de tarjetas postales. Las mujeres vuelven a ser protagonistas en Antifémina (1977), «un fotolibro que intenta representar a la mujer «que no quiere ver nadie», pero «es auténtica y real, la que no tiene veinte años, la que no es guapa». La escritoria Maria Aurèlia Capmany y la fotógrafa Colita realizan «un ensayo visual y político, un manifiesto a favor de las mujeres, pero contra la feminidad», comenta el comisario.
La muestra, que coincide con la celebración de PHE2014, se completa con la publicación de un catálogo razonado, coeditado por el Museo Reina Sofía, AC/E y RM.