Este nuevo espacio museográfico, ubicado en la fachada lateral del Edificio Meier en la calle Montalegre, tratará de interrumpir los ciclos y las rutinas de productividad preestablecidas y solo será visible desde el exterior del Museo.
Grabado entre Bogotá y el departamento del Meta, en pueblos fuertemente marcados por la violencia de la guerrilla, el ejército y los paramilitares, este proyecto de Javier Codesal reúne testimonios en vídeo de personas que han sufrido directa o indirectamente accidentes con minas y otros explosivos, mostrándolos junto a textos, pensamientos e interrogantes del propio artista, los cuales dialogan con las palabras de sus interlocutores.
Los pies que faltan es una instalación mural: 30 párrafos escritos sobre el muro, pertenecientes a un texto más largo, y dos monitores de vídeo dispuestos entre ellos para presentar unas doscientas fotografías extraídas igualmente de un fondo más amplio. Fragmentos de texto enlazados con fotos que son fragmentos visuales.
La instalación se sitúa del lado del taller, donde los elementos se disponen con cierta imprecisión, ensayando relaciones, sin atreverse a formular un relato completo. Esta obra forma parte de un conjunto, en el que también se incluyen tres vídeos, una colección fotográfica sobre papel y un texto.
En el trasfondo
La instalación mural constituye el eslabón más frágil y dubitativo, si cabe decir, de la serie. En el trasfondo están los accidentes sufridos por civiles a causa de las minas antipersonales u otros explosivos diseminados por la violencia en Colombia. La imagen, sin embargo, se aferra a los relatos y a la apariencia de esas personas cuando construyen una experiencia vital frente a sus pérdidas.
La instalación se completa con un vídeo exento, dispuesto sobre el suelo y separado de la pared; un nuevo fragmento para dar voz al discurso de un niño que se enfrenta, por su integridad, al quebrado texto del autor sobre el muro.
Tras la exposición de Codesal, El Gran Vidrio acogerá trabajos de Pep Dardanyà (Caldes d’Estrac, 1961) en enero de 2015 y de Itziar Okariz (San Sebastián, 1965) en verano de 2015.