El espectáculo, que ya ha vendido 60.000 entradas antes de su estreno, según destaca Manuel González, productor ejecutivo de Productores de Sonrisas, recupera el circo tradicional, ese que se encuentra escondido en el imaginario colectivo, pero renovado y actualizado, «en el inicio, el mundo del circo es evocado con una de sus imágenes más clásicas: unos hombres clavando estacas en el suelo para fijar la carpa», recuerda González.
La pista del Price traerá a la memoria de los espectadores las fiestas, la feria y las atracciones gracias a un gran carrusel de caballos que cobran vida, música, color y grandes dosis de diversión.
La escenografía está inspirada en la estética multicolor que el director Baz Luhrmann le dio a su película Moulin Rouge, en la que reinventa la famosa sala parisina con una selección precisa de colores y música.
Diferentes historias
A diferencia de años anteriores, en esta ocasión la historia no se centra en un niño, sino que hay diferentes relatos. El principal gira en torno a un vendedor de palomitas que quiere ser mago. Pero lo que sí se repite cada Navidad son las tres características del circo, «la primera es que el artista tiene que intentar superar su propio límite; la segunda es el contacto con los animales, y la tercera es reírse de todo», asegura Alessandro Serena.
El espectáculo incluye una selección de los mejores números del mundo de acrobacia, trapecio, malabares y clown, entre otras, y se completa con música en directo de la mano de la Orquesta del Teatro Circo Price, que dirige el maestro Germán Díaz.
Los artistas participantes son los Hermanos Navas (Rueda de la Muerte), Tom y Pepe (Clows), Dúo Express (Quick change), Raúl Alegría (Magia), Ekaterina Karmashova (Trapecio), Nancy Natascia y Carlino Triberti (Patines), Troupe Yaskiy (Banquina y Barra Rusa), Cristina Togni (Doma de Caballos), Krisztian Kristof (Malabares) y Natalia Demjen (Telas).