La exposición, que incluye 110 obras cedidas por la familia a través del Museo Chillida-Leku, adopta el título del discurso que Chillida leyó durante su nombramiento como Miembro Honorario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1994, Preguntas, que recoge y ordena, por primera vez, sus propios cuestionamientos y aforismos, base fundamental para entender su obra, como, por ejemplo: «creo que debo aventurarme en hacer lo que no sé hacer», o «la aventura, cuando busca lo desconocido, puede a veces llevarnos hacia el arte».
Preguntas, comisariada por Ignacio Chillida, se articula en dos plantas. En la primera se presenta una selección de 12 esculturas de pequeño y medio formato, acompañadas de obras en papel, entre las que hay collages, gravitaciones y dibujos, junto a las páginas del citado discurso a gran escala.
Materiales, técnicas y conceptos
Cada uno de los espacios da ejemplo de la diversidad de materiales, técnicas y conceptos del universo de Chillida. De la mano del hierro, se muestran varios proyectos que realizó para su obra pública, como Peine del viento, en San Sebastián; Homenaje a Hokusai, en Japón; o Yunque de sueños, una de las series de esculturas fundamentales en la carrera del escultor. Las dos obras de alabastro que se presentan, Lo profundo es el aire o Sin título, revelan la importancia que la luz, la poesía y la arquitectura tuvieron en su recorrido artístico. Por último, las llamadas Lurrak (Tierras) representan la aventura con la tierra chamota, un material que Eduardo Chillida descubrió en la Fundación Maeght de Saint Paul de Vence en 1973.
Por otro lado, la segunda planta está dedicada a la obra gráfica. El artista realizó cerca de 650 tiradas de grabados de los que se podrán ver 28. La mayoría de ellos son aguafuertes, aunque también hay litografías, serigrafías y xilografías, en las que homenajea a artistas como Piccaso, Remnbrandt, Sir Roland Penrose, Balenciaga o San Ignacio.
Además de los grabados, Chillida realizó 24 libros de artista, aunque sólo se exponen dos: La Mèmoire et la Main (1986), realizado junto al poeta francés Edmond Jabès, combina poesía en letra impresa y siete aguafuertes con relieve; y Hommage à Jean-Sébastien Bach (1997), uno de los libros de mayor formato creados por el escultor, donde rinde homenaje al compositor alemán, que junto con la mar, fue considerado por el artista uno de sus maestros.