Este nuevo proyecto, concebido como una prolongación de la exposición celebrada hace un año en el propio Museo del Prado (Goya. Luces y sombras, en 2012), propone un recorrido inédito por la excelencia de sus colecciones a través de la mejor y más amplia selección de obras de su colección que jamás se han presentado fuera del museo. Su condición común de estar realizadas en pequeño formato ha permitido reunir 135 obras maestras que ofrecen al visitante una experiencia completa del Prado por todas sus escuelas y en toda su extensión cronológica, desde finales del siglo II d.C., con la escultura de Atenea Partenos, hasta Goya y el siglo XIX con Fortuny.
Durante más de cinco meses, además del detenido relato de la historia del arte que propone el museo, la exposición permite apreciar la técnica más esmerada y el refinamiento culto que alcanzó el quehacer de los nombres esenciales que configuran la identidad y calidad del Prado como El Bosco, Tiziano, Jan Brueghel el Viejo, El Greco, Velázquez, Rubens, Poussin y Madrazo, entre muchos otros.
Todos los géneros y temas
Todos los géneros y los temas, desde la mitología, las imágenes de devoción y los retratos, a la naturaleza, a la reflexión sobre el ser humano, la exaltación del poder y la vida cotidiana, así como los diferentes soportes y técnicas, como mármol, tabla, lienzo, pizarra o cobre, se mezclan en La belleza cautiva. Pequeños tesoros del Museo del Prado, exposición que refleja la riqueza y variedad de este resumen de lo mejor del centro madrileño.
Este conjunto de obras cobra un inédito protagonismo en la exposición a través de un sorprendente montaje que facilita su contemplación más íntima y su inmersión en la extraordinaria belleza que encierran, su originalidad y su rareza. La constante invitación al público a mirar las pinturas expuestas a través de recursos expositivos como ventanas, «cámaras oscuras» o el colgado de las obras, que están a la altura de los ojos del visitante, permitirá disfrutar en «privado» y en detalle de este Prado, exquisito y concentrado, que no siempre goza de la posibilidad de exponerse o que, aun expuesto, encuentra dificultad para captar su atención. Un resumen de la excelencia contenida en las colecciones del museo en su más mínima y particular expresión.