¿Existió una “movida” como conjunto artístico? ¿Existió el “pop” como grupo activo? ¿O es la historia la que nos obliga a encasillar algunas tendencias de cada época para convertirlas en una bolsa de caramelos blandos?
Grace Jones, Alaska, Robert Mapplethorpe, Carlos Berlanga. Las fotografías de Javier Porto (Madrid, 1960) son, hoy, un documento histórico de un período en el que lo que parecía más importante era destruir la Historia. Unas 25 instantáneas en las que podemos encontrar las similitudes, las distancias y las conexiones entre dos ciudades que siempre se han deseado y repudiado, seducido y envidiado, casi como una historia de amor incomprendido.
Deshacerse del pasado creando un nuevo presente fue el estandarte que lentamente pero a pasos abigarrados construyó la posmodernidad. Los comienzos de los 80 se presentan hoy tan lejanos, y sin embargo, quizás sean el comienzo de esta calma actual en la que el espectáculo parece ser lo cotidiano, sentado cada mañana a nuestra mesa.
Sobre Javier Porto
Mientras fotografiaba esa Madrid de Almodóvar, Nacha Pop, Favio McNamara o Jaime Urrutia, Javier Porto conoció a Robert Mapplethorpe en la galería de Fernando Vijande. Viajó a Nueva York para ser su asistente. Allí se relacionó con la otra ciudad, con sus protagonistas, entre los que estaban Susan Sontag, Grace Jones, Andy Warhol, o Keith Haring.
Esto le permitió ser partícipe, manteniendo la forma tácita que prefiere su persona, de situaciones que hoy parecen parte de fábulas urbanas y sin embargo (y a pesar del paso del tiempo) siguen protagonizando un tejido cultural actual que se reinventa a modo cíclico.