La exposición incluye 40 óleos sobre tela de diferentes tamaños que ofrecen una renovada mirada realista de los espacios urbanos de una ciudad en transformación. La pintora ha estado más de dos años trabajando en su taller para preparar una muestra en la que inmortaliza los rincones más importantes y atractivos de su imaginario.

Influenciada por artistas como Edward Hopper, máximo exponente del realismo pictórico americano de principios del siglo XX, Martín Royo distorsiona la realidad gracias al uso subjetivo del color, convirtiendo la imagen de la tela en una visión atractiva de los espacios solitarios o desaparecidos de la ciudad.

Bares como La Confiteria o el Núria de la Rambla, librerías como La Central, restaurantes como el Flash-Flash o el 7 Portes, y tiendas como el Colmado Quílez, el horno Mistral o la sombrerería Obach, de la calle del Call, son algunos de los lugares que se muestran en la exposición. Pero también pone la mirada pictórica en su barrio, el Poblenou, con paisajes del 22@, la Fundación Vila Casas, la tienda de ropa de trabajo La Africana o la coctelería Balius.