Navarro Baldeweg es un creador polifacético que ha trabajado y trabaja en los ámbitos de la pintura, la escultura, la instalación y, especialmente, la arquitectura: «Las artes son distintas, son independientes y tienen cada una su propia manifestación, pero hay conexiones y vínculos entre todas ellas», destaca.

La exposición incluye numerosos dibujos, fotografías, maquetas, esculturas y piezas utilizadas para dar forma a más de 30 obras realizadas por Navarro y algunos proyectos de concurso, que se organizan de un modo cronológico bajo el diagrama de un anillo de constelaciones, o anillo de anillos. Como el mismo artista afirma, «cada constelación o anillo está formada por una serie de estrellas, distintas pero figuradas bajo una determinación común», y continúa: «estos cuatro anillos forman un zodíaco general y este zodíaco representa cuatro campos de trabajo en diferentes medios expresivos».

Anillos

De esta manera, el primer anillo que inspira el trabajo de Navarro Baldeweg es la luz, el reflejo, la transparencia, el color y su difusión en el medio construido; como punto de referencia el visitante puede ver la Bibliotheca Hertziana (Roma, 2013), un proyecto que relaciona el uso de la luz con la iluminación que proporciona el conocimiento de los libros.

En segundo lugar estaría la gravedad, el equilibrio y el peso, gran aglutinante de la materia; un buen ejemplo sería el Palacio de Congresos y Exposiciones de Castilla y León (Salamanca, 1992), cuya cúpula, que se encuentra suspendida, colgada, desplaza los esfuerzos y concentra las cargas en los vértices de los arcos portantes.

El tercero es la mano, que para el artista es expresión orgánica en el espacio. Esta constelación se manifiesta en su arquitectura a través del ornamento, una energía orgánica que le gusta considerar: «Para mí es importante tener presente la centralidad del cuerpo humano y estar rodeado de la canción orgánica y los ritmos propios».

El cuarto anillo implica aspectos constructivos y destructivos en la arquitectura, como él mismo asegura, «se trata del trabajo de modelar o bien de tallar».

Creador por encima de todo

Juan Navarro Baldeweg (Santander, 1939) se formó como pintor en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y posteriormente como arquitecto en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid. En la década de los 70 se marchó a Estados Unidos para iniciar un proceso de investigación en artes visuales en el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT). Allí reflexionó y analizó las dimensiones esenciales de la naturaleza.

Su primera obra de arquitectura fue la Casa de la Lluvia (1982), un proyecto que finalizó con 43 años y 24 años después de haber realizado su primera exposición de pintura. Como pintor ha desarrollado una prolífica carrera artística con obra en numerosas instituciones.

Entre los numerosos premios y distinciones que ha recibido a lo largo de su carrera destacan el Premio Nacional de Artes Plásticas (1990), la Medalla de Oro Heinrich Tessenow (1998), la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes (2007), la Medalla de Oro del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (2008) y el Premio Nacional de Arquitectura Italiana por la Biblioteca Hertziana de Roma (2014).