Ese acto, que se repite una y otra vez, señal de vida junto con los latidos del corazón, es el puente entre el mundo y el cuerpo, pues cada vez que se inhala se toma algo del Universo y en cada exhalación se devuelve algo.
En este movimiento, la artista busca no sólo dar la idea de la conexión entre las personas y el mundo en el que viven, sino también el potencial que los seres humanos llevan dentro de transformar el mundo, que no está tan lejano como a veces se presenta y así propiciar una dosis de optimismo.
Coherencia espiritual
Según Christian Domínguez, comisario de la muestra, “la narrativa que presenta Cada respiro nos advierte de un mundo excesivamente materialista con el egocentrismo orbitando. Al mismo tiempo busca darle equilibrio y coherencia espiritual a una existencia, la nuestra, que de manera prácticamente incomprensible ha caído en el absurdo de ignorar su propia cualidad armónica».
Este es un proyecto de Glenda León para Gran Escala, línea de programación de Matadero Madrid que investiga la relación de la obra de arte y su volumen en el espacio.
Glenda León
Glenda León (La Habana, 1976) es licenciada en Historia del Arte (1999) por la Universidad de La Habana y tiene un máster en Arte por la Academia de Nuevos Medios de Colonia (Alemania, 2007). Afincada entre Madrid y La Habana, la artista ha expuesto su obra de forma global. Su trabajo representó a Cuba en la Bienal de Venecia de 2013 y se ha podido ver en la Bienal SITE de Santa Fé en 2014 y en la Bienal de La Habana de 2003 y 2009.
Ha participado en exposiciones colectivas e individuales y su obra forma parte de colecciones como la del Centro de Arte Pompidou, el Museo de Bellas Artes de Montreal o AGO de Toronto. Como escritora ha publicado numerosos ensayos sobre arte como el libro La condición performática (Pinos Nuevos, La Habana, 2000), traducido al francés por Ediciones Nota Bene de Montreal en 2010.