Contemporáneo de creadores como Kenneth Anger, Stan Brakhage o Maya Deren, Gregory J. Markopulos (hijo de emigrantes griegos) nace en Estados Unidos. Esta condición “extranjera” fundamenta sus incesantes viajes a Europa desde los años 50, donde contacta con Jean Cocteau y revisa las bases de la tradición cultural.
A partir de Psyche (1947), su primera película en 16mm, Markopoulos construye un espacio fílmico propio, articulado por la narración biográfica y la traducción y reinterpretación contemporánea de fuentes mitológicas, literarias o musicales. Este ciclo introduce las claves de una poética sensual y excesiva, en la que la identidad homosexual, el ritual iniciático y la alegoría orbitan en torno a complejas técnicas de edición y a la superposición espontánea de imágenes.
Desengañado de las posibilidades de la vanguardia de posguerra y escéptico respecto al rol de las instituciones, público y circuitos del cine experimental, Markopoulos se marcha definitivamente a Europa en 1967, retirando sus películas de circulación y convirtiendo su obra en un objeto de culto inalcanzable.
Con la idea de que un cineasta debe ser responsable de todos los aspectos de su trabajo, concibe Temenos, un espacio de peregrinaje y archivo monográfico para la presentación, restauración y estudio de sus filmes, situado en Arcadia, Grecia, su lugar de origen. Eniaios es la culminación de este proyecto: 22 ciclos de 80 horas en los que remonta su obra, reemplazando el sonido por el ritmo mental producido por la velocidad de las breves imágenes entre grandes intervalos negros o blancos. Desde 2004, esta obra de arte total es proyectada al aire libre cada cuatro años, convirtiéndose en una celebración en torno al cine.