Este Carnaval barroco se sitúa en la encrucijada de varias disciplinas artísticas y se nutre de las músicas populares improvisadas, del mimo y de la danza barroca y de la Commedia dell’Arte. Por lo tanto se da una enorme relación entre el gesto y la música, principios teatrales que guían a Le Poème Harmonique, formación de referencia en la música vocal e instrumental de los siglos XVII y XVIII.
En Roma, a principios del siglo XVII, durante los 10 días que la ley concede al Carnaval antes de la entrada en Cuaresma, la fiestas entran en pleno apogeo: en los palacios, los banquetes gigantescos, acompañados por música, rivalizan en fasto y belleza, mientras que la calle libera máscaras, juegos y carreras de jorobados en improvisadas escenas de la Commedia dell’Arte; campesinos, lacayos, vendedores ambulantes y charlatanes, burgueses y príncipes, laicos y religiosos se reúnen para asistir a los espectáculos de acróbatas, de equilibristas, malabaristas, hazañas de fuerza y de espectáculos teatrales, y disfrutar sin temor de los excesos más salvajes.
Tragedia y humor
Este efímero período de un “mundo del revés” permite, en una extravagancia a la vez maravillosa y grotesca, poner en escena contradicciones y rivalidades, y obtener un respiro fugaz sobre la naturaleza y la dureza de la vida. En lugar de una descripción histórica o un momento concreto de un momento de la celebración, en este montaje se han centrado en el aspecto onírico, en el que el humor y la tragedia se encuentran.
La ausencia de una trama narrativa única –principio impuesto por el sentido mismo del Carnaval– hace desarrollar y mezclar en la energía global del espectáculo las diferentes etapas de este carnaval que se desarrolla en una sola jornada. Por lo tanto, la acción se sitúa sucesivamente por la noche en el banquete de un palacio, en un lugar justo al amanecer, en una calle con la emoción de un baile popular, o durante un teatrillo improvisado; los personajes, fieles al espíritu del teatro barroco y de la Commedia dell’Arte, existen en situaciones y acciones, más que en función de un propio patrón psicológico.
Los Teatros del Canal ya acogieron a Le Poème Harmonique en el año 2011 con El burgués gentilhombre, espectáculo que cosechó gran éxito de público y crítica.