Nacida en el levante español en el siglo XV, la viola da gamba conoció varios siglos de esplendor por toda Europa, pero a finales del XVIII su estrella se apagó. Hizo falta el triunfo de una mentalidad nueva tras la Segunda Guerra Mundial y el trabajo de estudiosos, lutieres y músicos para que el instrumento renaciera con fuerza a finales del siglo XX. Savall fue el pilar fundamental de ese proceso de recuperación: sus recitales en solitario por la historia de la viola son un hito imprescindible para cualquier aficionado, una forma de conectarse profundamente con la esencia del instrumento y de la música.
Para Jordi Savall, «la música es uno de los medios de expresión y comunicación más universales, y la medida de su importancia y significado no se puede determinar según criterios de evolución del lenguaje, sino según el grado de intensidad expresiva, riqueza interior y humanidad». Sus programas de concierto han convertido la música en un instrumento de mediación en favor del entendimiento y la paz entre pueblos y culturas diferentes y a veces enfrentados.
Su trayectoria artística ha sido considerada uno de los motores del renacimiento de la música antigua en Europa, América y el Mediterráneo, además de un referente de primer orden en el estudio, la interpretación, la dirección y la difusión de diversas tradiciones musicales en un valioso diálogo intercultural que ha traspasado todas las fronteras.