Comisariada por la directora de Arte de la Fundación, Gloria Bosch, en la muestra predominan las líneas rectas con una estética pura, que son como un instante de pausa de la realidad posmoderna. En los cuadros de Ballesteros se pueden ver todo tipo de colores, pasteles y ácidos, pero también se observa el rastro del pincel como símbolo de fuerza cromática.
Su arte es intuitivo, espontáneo y de carácter abstracto. A través de la uniformidad de los pigmentos y la reducción de los perfiles, consigue establecer juegos de complejidad geométrica donde la convergencia de formas redondeadas sobre fondo monocromático sumerge al espectador en una obra tan enérgica como dinámica.
Incapaz de definir su obra, niega el título a sus trabajos y deja que la pintura se exprese a través del color, la forma y la pincelada; por sí misma.
La exposición, en la que destaca la preeminencia del color, el gesto y la emoción, presenta las obras pintadas en el año 2014, 12 aceites y dos papeles hechos a mano en India.