Non bis in idem es una muestra de obra pictórica que se introduce en el género del retrato y la figura humana (predominantemente femenina) desde perspectivas conceptuales y técnicas dispares, pero que pueden ser entendidas de manera conjunta. Los nexos de unión entre la obra de ambos artistas se hallan en las no tan sutiles diferencias que separan dos modos de ver y entender el leitmotiv. Una confluencia desde la distancia, que genera un recorrido coherente entre las piezas.
Inspiración flamenca
Mientras que la obra de Gómez Miranda se presenta como una reflexión y representación de la figura humana por medio de una visión subjetiva y actual, la serie de pinturas de Manrique Mezquita trata de indagar en la relación del sujeto con el propio yo de cada persona. La pintura flamenca sirve de inspiración en ambas concepciones del retrato.
En las obras de Ander Gómez cada detalle adquiere un enfoque y concreción. El artista busca una densidad donde la integridad del cuadro se haga presente. La luz es artífice de un juego de volúmenes que ordena y sitúa las figuras en el espacio, en un constante fluir de las masas en los claroscuros. La insistencia obsesiva por el acabado transmite una lucha despiadada por hacer de la imagen algo real, más allá de la propia ilusión de una representación.
Por su parte, los retratos femeninos de Nekane Manrique se sitúan en espacio neutros donde el tiempo y la emoción se congelan. La pintora genera sensaciones ambiguas con ambientes solitarios y melancólicos cuyas figuras están inmersas en pensamientos y en la contemplación. No desarrollan grandes acciones, sólo un pequeño gesto aparentemente intrascendente.