La dogaresa se sube a las tablas del coliseo madrileño por primera vez el 12 de septiembre de 1921, un año después de su estreno en Barcelona en el Teatro Tívoli, y hasta junio de 1949 no se vuelve a representar. Ahora, después de 66 años, y con formato de concierto dramatizado, lo hace de nuevo. Se trata de uno de los grandes títulos de Rafael Millán gracias a los momentos efectistas, los contrastes entre lo dramático y lo cómico, las logradas escenas de conjunto y la variedad de recursos musicales. El texto de Antonio López Monís traslada la acción a una Venecia legendaria y romántica que gira en torno al famoso Palacio Ducal de la Plaza de San Marcos. Además, no faltan las claras referencias al repertorio italiano: I due Foscari y Rigoletto.
La marchenera, por su parte, se estrenó en este mismo teatro el 7 de abril de 1928. Y 87 años después se vuelve a programar. La partitura del por aquel entonces joven Moreno Torroba es moderna, repleta de buena música teatral y con buenas escenas populares. El texto, que es principalmente de Ricardo González del Toro y sólo en sus orígenes de Fernando Luque, se limita a desarrollar una atmósfera de estilo costumbrista en una Marchena idealizada, en la provincia de Sevilla, al que se suma como trasfondo un alzamiento revolucionario.
Nuevas producciones
Cristóbal Soler dirigirá a la Orquesta Sinfónica de Navarra en La dogaresa y Miguel Ángel Gómez Martínez a la Orquesta de la Comunidad de Madrid en La marchenera. La dramaturgia escénica tiene la firma de Javier de Dios, que propone mantener el vínculo esencial entre lo dramático y lo musical: no sólo dando pie a oír los números musicales, sino también haciendo compresible el argumento original a través de los diálogos adaptados.
En el escenario, cantantes y actores como Carlos Álvarez, Alejandro Roy, Ximena Agurto, María José Martos, Sergio Escobar, Jong-Hoon Heo, Ivo Stanchev, Milagros Martín, Beatriz Argüello, David Lorente, Amparo Navarro, Rocío Ignacio, Amelia Font, Gabriel Blanco, y Emilio Sánchez, entre otros.