La viuda alegre se basa en la opereta probablemente más famosa, un verdadero paradigma del teatro musical de nombre homónimo que se estrenó en Viena en 1905 con música de Franz Lehár y libreto de Victor Léon y Leo Stein, basado a su vez en la comedia L’attaché d’ambassade de Henri Meilhac. Es una obra que desde el primer momento fue recibida con enorme entusiasmo.
El espectáculo cuenta con una elegante escenografía de Daniel Bianco y un precioso trabajo de figurinista a cargo de Renata Schussheim. También destaca la belleza de los números de baile, gestados por la coreógrafa Nuria Castejón.
Protagonista de excepción
Natalia Millán se muestra elegante y misteriosa como Hanna Glawari, la viuda alegre de la célebre opereta, que dándole una espectacular vuelta de tuerca, el Teatro Arriaga convierte en un gran musical que se representa en español y con música interpretada en directo por una orquesta de 12 músicos.
Millán es una artista muy reconocida, con experiencia como actriz, cantante y bailarina y más de 30 años de trayectoria en teatro, cine y televisión. De hecho, una muestra de su versatilidad y capacidad de trabajo es que está compaginando los ensayos para La viuda alegre con las funciones de la obra de la Compañía Nacional de Teatro Clásico Donde no hay agravios no hay celos, en gira en este momento.
Gran elenco
La actriz comparte protagonismo con cinco artistas de primer nivel. El barítono Antonio Torres, cuya voz ha encandilado a teatros y auditorios de todo el mundo, interpreta al Conde Danilo en La viuda alegre; la versátil actriz, cantante y bailarina Silvia Luchetti, recordada en Bilbao por su brillante interpretación del personaje de María en Sonrisas y Lágrimas, hace el papel de Valencienne; Guido Balzaretti, un actor joven pero ya un referente si hablamos de teatro musical y que triunfó recientemente formando parte del elenco de Los miserables, encarna al personaje de Camille; el tenor Enrique Viana, que tantas veces ha triunfado en el Teatro Arriaga, pone su inconfundible voz a Njegus y, por último, otro gran cantante lírico como el barítono José Manuel Díaz se mete en la piel del Barón Mirko Zeta.
Al sexteto principal hay que sumar la aportación de un gran coro, formado por 16 personas que además de cantar, bajo la dirección de Carlos Imaz, bailan y actúan. Este coro de voces y bailarines está integrado por jóvenes actrices, actores y cantantes cada vez más conocidos y reconocidos de nuestra escena: Begoña Álvarez, Ylenia Baglietto, Sandra Fdez. Aguirre, Itxaso Quintana, Loreto Mauleón, Ana Sagastizabal, Lara Sagastizabal, Karmele Larrinaga, Alberto Ferrero, Rafa Higuera, Antonio Hurtado, Iñaki Maruri, Alberto Núñez, Aritza Rodríguez, Egoitz Sánchez y Mitxel Santamarina.
Breve sinopsis
Pesa sobre los servicios diplomáticos la injuriosa especie de que sus titulares no han de tener más virtudes que un hígado resistente y la habilidad de sonreír mientras parlotean sobre naderías, de recepción a fiesta de embajada y de baile de legación a cena de gala. Quizá obras como La viuda alegre hayan alimentado esa calumnia. En ella Danilo, su protagonista, se enfrenta a la patriótica tarea de seducir y desposar a Hanna, una joven viuda acaudalada, para que su fortuna no salga del pequeño principado, de cuya embajada en París es Danilo primer secretario.
La tarea parece sencilla porque el mozo es apuesto y el uniforme le queda como un guante, pero no lo es porque hay entre ellos una vieja historia de amor despechado, porque otros pretendientes con iguales méritos se han fijado el mismo objetivo, ¡chacales arribistas!, y porque la viuda, ya lo dice el título, es alegre y no le pone mala cara a nadie. Mientras, la orquesta encadena valses, y el champagne y la alegría se derraman a raudales.