Transcurso y término son dos situaciones o estados que se encuentran dentro de la estructura del acto de hacer, seleccionar y elegir. En el caso de los artistas presentes en la muestra, estos dos conceptos se evidencian en la inclusión de diferentes manifestaciones de tiempo en el proceso, y en el uso del material como contenedor de ese fenómeno que da término a la obra, desacelerando así el movimiento generado en el proceso una vez emplazada la obra en el contexto del espacio expositivo.
El visitante se encontrará con piezas que le harán reflexionar sobre la idea del material (tanto sus cualidades como sus usos culturales) como transmisor de conocimiento a la vez que como documento que revela un proceso donde se han ido solapando diferentes narrativas a través de su elección, relación, manipulación y manufactura. Las relaciones y tensiones físicas y simbólicas entre materiales tan dispares como la seda, el metal, piedras, algas, grafito, insectos, ramas o bronce funcionan aquí como elementos desestabilizadores que cuestionan ideas de representación y repetición a través de su disposición, causando una reflexión sobre el uso de la réplica o la copia.
Dibujar con el tacto
Incidiendo en la idea del material como contenedor de diferentes tiempos y de la idea del uso expositivo de la obra como forma abrupta de concluir un proceso, N. Dash presenta tres trabajos de su serie Commuter, realizada en los trayectos del artista en transporte público. Dash siempre lleva consigo un papel que pliega y despliega infinidad de veces hasta casi deshilachar por completo su fibra. Cuando esta a punto de romperse, aplica en su superficie una capa de cera de color o de grafito. Esta forma de dibujar a través del tacto y de la transformación física del papel hace que el artista cuestione la representación construida y reivindique el acto de hacer por sí mismo.
Por su parte, Joana Escoval presenta esculturas en las que relaciona materiales fríos como el latón, la plata o el bronce con orgánicos como piedras, papel o algas. Materiales relacionados unos con la cultura, y, por tanto, trabajados a través de procesos controlados, y otros que vienen del espacio de la naturaleza donde su composición, color y forma han sido originados durante miles de años y donde el azar es un elemento importante.
Mecánica e insectos
Tres esculturas son la propuesta de Andy Boot, pertenecientes a su última serie de trabajos, donde indaga sobre la idea de copia, patrón y serialidad, y de los usos del lenguaje y del consumo de información. En estos trabajos, Boot imprime digitalmente diferentes patrones sobre rejillas de metal adheridas a unas bases rectangulares de cemento que toman diferentes formas orgánicas.
Fay Nicolson también recurre a la idea de copia y repetición como parte de un proceso creativo, reflexionando a través del material y sus usos sobre sistemas de aprendizaje y educación. Para esta ocasión, el artista propone dos series de trabajos donde combina sistemas de productividad mecánica con el quehacer manual.
Finalmente, Daniel Steegmann Mangrané presenta Morfogenisis – cripsis, una pieza mural realizada con lápices de colores, un insecto palo y una rama de árbol. En esta pieza, el artista catalán reflexiona sobre el alejamiento del modernismo de lo fenomenológico, poniendo en el mismo plano lo geométrico y lo orgánico, y el movimiento con lo estático. Las líneas dibujadas sobre el muro imitan las formas orgánicas de la rama del árbol y éstas se confunden con las del insecto palo, cuestionando así las jerarquías de la representación.