Brahms publica estas complejas obras en 1873, con cuarenta años de edad y tras veinte borradores destruidos y otros tantos largos años de trabajo desde la primera prueba. El Quiroga elige estas piezas como parte de su viaje artístico después de su último disco, (R)evolutions, dedicado a Schonberg, Berg y Webern. Aquel trabajo cosechó muy buenas críticas, al igual que el disco Statements (2012), que fue galardonado con el Premio al Mejor Álbum de Música Clásica 2012 por la Unión Fonográfica Independiente.
Este CD no es una grabación más. Es la historia de un viaje fascinante. La solitaria travesía de un hombre que fue capaz de preservar su identidad y su libertad artística llevando al género del cuarteto de cuerda –tras una dura batalla personal y un largo peregrinaje– a la cumbre desde la que cabe admirar la herencia de Beethoven, Mozart y Haydn (cuyos manuscritos del Opus 20 pertenecían a la biblioteca personal de Brahms), el sustrato musical de la tradición popular alemana y, al tiempo, también, divisar la extraordinaria revolución de la Segunda Escuela de Viena, que estaba entonces por llegar.
Libertad e independencia
Tal y como señala Helena Poggio, violonchelista del Cuarteto Quiroga, en el libreto del nuevo CD, Frei aber Einsam (Libre pero solitario) era el lema que Brahms compartía con su buen amigo Joseph Joachim, en quien está basada la composición de su segundo cuarteto. Las primeras letras de este emblema (F-A-E) se corresponden, en la nomenclatura musical alemana, con las notas “fa-la-mi”, motivo con el que se abre la primera frase del primer movimiento, que también encontramos como matriz del tercero y el cuarto, y escondido, entre líneas, en el segundo.
A menudo se puede identificar en el carácter melancólico de su música el sentimiento de esta divisa que Brahms llegó a asumir como propia, pues estuvo luchando prácticamente en solitario, la mayor parte de su vida, en defensa de su obra, de su concepción estética y de la música de cámara. Permaneció siempre fiel a sí mismo y nunca quiso aceptar un camino marcado por modas o corrientes, haciendo prevalecer, por encima de todo, su libertad e independencia. Nunca se arrepintió de su postura pese al sufrimiento que pudo causarle. En sus propias palabras: “Para mí, f.a.e. (frei aber einsam) se ha mantenido como un símbolo, y a pesar de todo, puedo muy bien bendecirlo”.
El tercer volumen de la discográfica Cobra llega antes de la grabación, junto al pianista Javier Perianes, de los Quintetos para piano y cuerdas de Turina y Granados, que aparecerá el próximo mes de noviembre en Harmonia Mundi.