Se trata de una obra de juventud del artista, anterior a la Piedad del Vaticano y a los frescos de la Capilla Sixtina, que fue donada por el duque de Florencia, Cosmé I de Medici, a Francisco de los Cobos, secretario del emperador Carlos V, quien la envió a España, a su villa de Sabiote, pasando a enriquecer, tras su muerte, la capilla sepulcral que mandó construir en su ciudad natal de Úbeda.
Expuesta desde el siglo XVI en la capilla del Salvador de Úbeda en Jaén, fue recuperada por la bibliografía artística en 1930 como obra de Miguel Ángel. Pocos años después, en 1936, a comienzos de la Guerra Civil, sufrió graves daños que destruyeron gran parte de la misma quedando reducida a fragmentos.
La Fundación Casa Ducal de Medinaceli-Sevilla, propietaria de la pieza, encargó su restauración al Opificio delle Pietre Dure (Centro de Restauración) de Florencia, un proceso que comenzó en 1994.
Tras la delicada y compleja intervención, realizada con la última tecnología de reconstrucción volumétrica láser 3-D, y después de su exhibición en Florencia y Venecia, San Juan Bautista niño regresa a España para exponerse en el Prado, antes de su traslado definitivo a su lugar de origen en Úbeda.
Delicado trabajo de restauración
En un acto de vandalismo cometido a comienzos de la Guerra Civil, en julio de 1936, la escultura quedó rota en pedazos y la cabeza fue quemada. Solo se pudieron recoger catorce fragmentos, el equivalente al 40% de su volumen original. El delicado y complejo proyecto de recuperación de la obra empezó en 1994 en el Centro de Restauración de Florencia (Opificio delle Pietre Dure). Se utilizaron para ello métodos novedosos, como el uso del láser para limpiar la superficie negra y abrasada de la cabeza, o la reconstrucción virtual en 3-D de la escultura completa basándose en fotografías tomadas poco antes de su destrucción. Una vez montada la estatua con los fragmentos originales de mármol, se integraron las partes perdidas, realizadas con fibra de vidrio y luego estucadas, entonadas con témpera y selladas con cera y barniz. La escultura recuperada fue presentada al público florentino en 2013.