Hernández Alcázar produce contenidos que resaltan e intensifican la unidad que se genera a partir de la tensión entre lo político y lo visual, de manera que los elementos de una experiencia de desigualdades y descomposición social se pueden transformar gracias a sus prácticas artísticas (instalación, acciones, fotografías, vídeos) en lúcidas resonancias múltiples pero también en una toma de posición.

Como escribe Alexis Callado en el texto crítico de la exposición, Hernández realiza su trabajo en «situaciones que le dan la posibilidad de confrontar los límites y obstáculos impuestos por los poderes tácitos tanto en espacios físicos como psíquicos; evidenciando cómo esos espacios moldean los lugares y las posturas acumulativas de la modernidad que son seguir edificando un progreso basado en compilar, ordenar y revivificar todos los conocimientos que llegan a nuestros sentidos».

Archivo moderno

La acumulación de escombros, herramientas en desuso, objetos, residuos de acciones y documentos es un reflejo de la idea del archivo moderno que Hernández Alcázar toma como un sólido para confrontarlo con una fuerza opuesta que logra descomponerlo o “explotarlo”. Así sucede en el vídeo Prueba de Humo (Desaparición de archivos / Reconstrucción de la memoria), en el que muestra de manera contundente el proceso de creación y destrucción, o como los grandes sistemas necesariamente terminan por implosionar.

Esos mismos procesos operan en la instalación Wind Stream, formada por una serie de fotografías de periódicos, revistas y libros colocados frente a un ventilador. Aquí es el impacto mínimo y constante de la corriente de aire el que genera una lenta erosión de lo sólido.

Hernández Alcázar hace colisionar materiales de construcción y objetos en la sala de exposición que logran evocar y generar otros lugares, y a través de sus instalaciones, esculturas precarias, obra sobre papel o audiovisual, arroja un enunciado crítico sobre el contexto actual.