El título de la muestra define el trabajo que se ha seleccionado del fotógrafo catalán. En sus imágenes son protagonistas las calles, los parques, el puerto, algunos detalles arquitectónicos y la gente de la ciudad de Barcelona. Pero la luz también tiene una gran importancia. Es un factor físico imprescindible en el proceso fotográfico pero, dependiendo de la voluntad del fotógrafo y de su capacidad de manipularla, puede convertirse en un elemento plástico esencial para transmitir significado y carácter.
A lo largo de los 60 años que separan al visitante de las fotografías de esta exposición, Barcelona ha sufrido cambios de todo tipo (atmosféricos, arquitectónicos, de iluminación, etc.) que han modificado su luz. Las fotografías de Martí Gasull Coral son, por tanto, totalmente irrepetibles y constituyen un documento histórico de primer orden.
Artista incansable
Martí Gasull Coral se inició en la fotografía a los 15 años por la afición de su padre. Después de la Guerra Civil, y tras cumplir con el servicio militar, inició sus contactos con el ambiente fotográfico de Barcelona. En 1945 entró en la Agrupación Fotográfica de Cataluña, de la que también formaban parte fotógrafos como Maspons, Ubiña, Masdeu, Ponti, Sendra, Centelles, Cuyàs, Esquerdo y los Closa, entre otros.
Se fue profesionalizando en la fotografía de forma progresiva, tanto industrial como artística, y adquirió un gran prestigio como técnico de laboratorio. No solamente positivaba sus fotografías, sino las de otros fotógrafos destacados del momento.
Fue de los primeros fotógrafos de Barcelona que reveló dispositivas en color Kodak proceso E-1, con inversión física; y de los primeros que positivó en papel color. Durante el período 1947-1950 tuvo un estudio de retrato en la calle Portal del Ángel, género que cultivó con una extraordinaria maestría.
En sus fotografías, tanto urbanas, como de paisajes o retratos, quedaban registrados tanto su gran dominio técnico, como su búsqueda incansable de nuevas formas de expresión.