La muestra incluye las obras de estilo hiperrealista de Claudio Bravo (Valparaíso, 1936 – Taroudant, 2011), como su óleo Aluminios, una suerte de bodegón contemporáneo en el que se manifiesta su cualidad de arquitecto de la luz; y la de Manuel Franquelo (Málaga, 1953), que ha creado un proceso único para fotografiar e imprimir sobre aluminio, para reflexionar sobre instrumentos y espacios habitualmente utilizados en el proceso de creación de una obra.
Los trabajos que han presentado Pablo Armesto (Schaffhausen, 1970) y Pelayo Ortega (Mieres del Camino, 1956) conllevan una gran carga poética. Mientras que el primero concibe la luminiscencia a través de led y fibra óptica con Lenticular; el segundo sumerge figuras y objetos en un mundo abstracto en el que parecen perderse en busca del sentido existencial de la vida.
Materia y color
La exposición cuenta también con las obras de Juan Correa (Zamora, 1959), Lucio Muñoz (Madrid, 1930 – 1998), Juan Genovés (Valencia, 1930) y Manolo Valdés (Valencia, 1942), cuyos trabajos resultan de mayor intensidad matérica.
Otros artistas, sin embargo, como Joaquín Barón (Ciudad Real, 1970) con sus acrílicos, Jacques Lipchitz (Druskininkai, 1891- Capri, 1973), especialmente reconocido por su etapa cubista, y Paula Rego (Lisboa, 1935), en cuya pintura se unen ternura y dureza; otorgan una considerable importancia a la figura humana en su obra.
Hay artistas que destacan por su voluptuosidad colorista, como Luis Gordillo (Sevilla, 1934), cuya trayectoria está marcada por la experimentación; Abraham Lacalle (Almería, 1962), que impacta al espectador a través de sus composiciones; Carlos Franco (Madrid, 1951), que representa escenas de fuerte carga literaria y simbólica; y Ahmet Güneştekin (Batman, 1966), que dota sus obras de un magnetismo hipnotizante dejando huella de sus orígenes kurdos.