Este último título es un paseo desenfadado por los últimos cuarenta años de esa música española que tanto ama. Y lo hace por medio de recuerdos muy personales y subjetivos, vividos y narrados casi siempre con una sonrisa.
Quisiera ser tan alto… hace referencia (¡entre otras cosas!) a su visión no desde la altura del director idolatrado, de biografía deslumbrante; sino desde el profesional amigo de casi todos los protagonistas de estas cuatro décadas de música y corredor de fondo con más de un millar de conciertos dirigidos.
Un libro atípico, aparentemente desordenado; una yuxtaposición de algo más de cien miradas sobre nuestro inmediato pasado musical. Una manera encantadora de amar la profesión de músico cuando se ha vivido «desde dentro» y sin demasiada vanidad.