A través de su particular mirada, Pérez Calvo hace una recopilación y una cartografía surrealista y acumulativa de algunos aspectos de la cultura visual de Valladolid por los que el artista (que apenas conocía la ciudad y se ha enfrentado a ella estas últimas semanas) se ha sentido atraído. El resultado final es un collage en formato mural pintando de forma directa sobre el muro, con la incorporación de bocetos, apuntes sobre papel, fotografías, postales e impresiones sobre cartón del material recogido durante el período de documentación llevado a cabo en la ciudad.

Una cartografía pop de Valladolid representa una “megalópolis” en la que se reconocen alguno de los emblemas de la ciudad mezclados con rótulos de locales antiguos, fotos de arquitecturas, espacios y personajes desaparecidos, carteles de películas, coches salidos de sus conocidas fábricas de vehículos…, de forma que los visitantes se sientan identificados y puedan fotografiar y usar el mural como guía para descubrir la ciudad con una mirada alternativa, entre nostálgica, irreverente y divertida.

El propio artista recuerda la visitas que realizaba en su infancia a la ciudad, «unas visitas de las que aún mantengo el recuerdo específico de los paseos por el Campo Grande, así como de los majestuosos animales que allí habitan, especialmente los pavos reales. Partiendo de esa memoria de infancia he realizado una pequeña recopilación de iconos, eventos y lugares de la ciudad que tienen especial interés para mí, como es el caso de la SEMINCI o de los Cines Roxy y Cines Mantería, como ejemplos de un sistema en decadencia pero muy presente aún en nuestras cabezas”.

Pintor e ilustrador

Luis Pérez Calvo es un pintor e ilustrador cuyo trabajo bebe directamente del circo, del cine, de la música popular urbana, de rebuscar en El Rastro, de las verbenas y los viejos tebeos. Su imaginario responde a la cultura popular y en sus obras se codean los Beach Boys con Superman, Batman o los personajes de Ibáñez; platos de comida clásicos con fragmentos de revistas antiguas y envoltorios de chicles Bazooka o publicidad de los jabones Lagarto.

En su obra relee, pinta, dibuja, recorta, pega, ironiza y homenajea sin descanso a todos aquellos seres y recuerdos que pueblan su memoria y que trata de recuperar en un intento melancólico pero divertido por atrapar una sociedad fetichizada de un pasado reciente que desaparece poco a poco.

Ha realizado numerosas publicaciones y exposiciones, siendo las últimas Chicles y Caramelos en Swinton and Grant, y Dos gatos para una liebre en la Galería Liebre, ambas en Madrid, y Sesión continua en Huber Plataforma de Arte en Estepona (Málaga). En el año 2014, en Caracas (Venezuela), expuso en la Galería Backroom Hay viene la plaga y en Valladolid, La Gran mostró algunos de sus trabajos en la colectiva Prólogo.