La intención de la directora y el subdirector del Museo, María Bolaños y Manuel Arias, quienes abordarán estas charlas, es aportar argumentos para ayudar a apreciar este hermoso cuadro perteneciente a los años finales del artista, hacia 1575, cuando su pintura se vuelve más sincera, profunda y arrebatadora.
Aunque la obra es anterior a otras piezas con las que comparte espacio en el Museo Nacional de Escultura, como la Magdalena de Pedro de Mena, el mensaje del personaje que representa, San Jerónimo, es idéntico: la renuncia, el sacrificio y el perdón como instrumentos de lucha contra el protestantismo, especialmente reactivados en la España barroca.
El público tiene la oportunidad de admirar en Valladolid a uno de los grandes pintores europeos de todos los tiempos hasta el mes de septiembre. El cuadro volverá en esas fechas a la colección del Thyssen.
Esta iniciativa pone de manifiesto el interés del Museo Nacional de Escultura por aprovechar los veranos de los últimos años para reforzar la relación de los profesionales que trabajan en él con el público que lo visita. Así, de martes a viernes, a las 12.00 h, sus conservadores también lanzan al visitante preguntas y miradas sobre sus piezas o espacios favoritos.