La última obra dramática de Galcerán, sin duda el rey del humor negro con obras como El método Grönholm, Fuga o Burundanga, se podrá ver hasta el 18 de octubre.
Hasta hace unos años, antes de que diera comienzo la crisis, cuando alguien necesitaba dinero iba al banco y pedía un crédito. Así comienza la historia con un hombre que intenta, de forma honesta, conseguir que una sucursal bancaria le conceda un pequeño crédito que le servirá para continuar con su vida. No tiene avales ni propiedades, tan solo cuenta con su palabra para que el banco se asegure su devolución.
La negativa del director de la sucursal les coloca a los dos en una situación muy delicada e hilarante, porque ¿qué pasa si el que pide el crédito desafía al banco? «Si nos dedicamos a lubricar engranajes o a traducir manuales de instrucciones quizás no nos crucemos nunca con las personas a las que nuestro trabajo afecta íntimamente. Ahora bien, si nos relacionamos directamente con individuos de carne y hueso hay trances difíciles de evitar», explica el autor del texto.
«Para los médicos, los tenderos, los policías municipales o cualquier otra profesión en la que el contacto es inevitable, los problemas pueden aparecer en cualquier momento. Y si eres director de una sucursal bancaria, todavía peor. Las cosas pueden llegar a complicarse de manera alarmante», hace patente Galcerán.