La muestra, titulada Ponte el cuerpo, se centra en uno de los temas fundamentales en la obra de Codesal: el cuerpo, en su dimensión tanto íntima como social. A partir de este hilo conductor, el artista despliega un recorrido por 25 obras fechadas entre 1988 y 2015 que tienen el cuerpo como soporte para el análisis de las dificultades para vislumbrar, comprender y abarcar la existencia humana. En el MUSAC pueden verse tanto vídeos, cortometrajes, instalaciones y fotografías como ejemplos de su hasta ahora menos conocida producción poética y de dibujos.
Codesal es uno de los artistas que mejor ha sabido estructurar en España un lenguaje propio a partir de la utilización del vídeo y del espacio, dentro de una tradición audiovisual enraizada en lo antropológico, lo vernacular o el folclore. En su trabajo se suceden múltiples temas: el paso del tiempo, la memoria, la incomunicación, la pérdida y la muerte, lo real y el deseo, la construcción de la imagen y su relación casi física con el tiempo, lo cinematográfico y sus posibles formulaciones actuales, la relación entre palabra e imagen, el canto y la oralidad, y en general la actualización de la práctica del retrato.
En todos estos temas presentes a lo largo de su extensa producción se imbrica la atención que el artista ha prestado al cuerpo como manifestación y vehículo privilegiado del ser, más allá de la ejemplificación del individualismo o el culto a la personalidad propios de nuestro tiempo. Así, a través de él aparecen en las obras de Codesal la identidad, el dolor, los gozos, el placer o la enfermedad, de forma tan brutal y despojada como dulce y delicada.
Los cuerpos que se sitúan delante de su objetivo se presentan ante el espectador como enigmas que reclaman insistentemente atención. En su trabajo todo cuerpo es un texto que tiene la capacidad de hablar, y los que recoge la exposición hablan de las cuestiones más humanas y más inefables: la existencia, el deseo, el amor, la belleza, el erotismo, la comunicación, el conocimiento, la pérdida, el abandono, la debilidad, la enfermedad o la muerte.
Sobre Ponte el cuerpo
La exposición toma su nombre de un verso del poema Los desgraciados de César Vallejo, un título que es a la vez un imperativo, una invitación y una sugerencia. En la muestra el cuerpo reclama la atención que le corresponde, se levanta y aparece ante el espectador para hablar a pesar de la dificultad, del pudor o de la modestia.
La más antigua de las obras expuestas es Sábado legionario (1988), una pieza en la que la individualidad del cuerpo juvenil es absorbida por la masa. La obra más reciente es Ponte el cuerpo (2015), una producción realizada específicamente para la muestra y sustanciada en una serie de fotografías centradas en el cuerpo de un modelo con el que el artista se encuentra repetidamente en un hotel y al que observa, analiza y se acerca a través de la cámara, que se convierte en excusa perfecta para el placer de la contemplación y el dolor del conocimiento.
Entre estas dos obras aparecen múltiples cuerpos que han emergido a lo largo de la producción del artista: el cuerpo-máquina (Sábado legionario, 1988), el cuerpo del placer (Centauro, 1988), el cuerpo del dolor (Tras la piel, 1996), el de la necesidad (Fábula a destiempo, 1996), el del deseo (Estudio, 2002), la ensoñación (Fábula del hombre amado, 1999), el de la pérdida (Feliz humo, 2006), el de la comunicación y la incomunicación (Inmóviles, 1999), o el de la muerte y de la ausencia (Días de sida, 1989).
Algunas de estas obras tienen como objeto la fragilidad, la muerte, la enfermedad y, en concreto, el contagio por VIH. Es el caso de la serie de obras tituladas Días de sida (1989-1996) o Tras la piel (1995), en las que aparecen metafóricamente tanto los efectos de la enfermedad sobre el cuerpo o la perdida ante la inminente desaparición, como sobre todo el erotismo, la belleza o el cuidado.
Codesal fue uno de los primeros artistas españoles en visibilizar la pandemia del VIH, tanto en la exposición individual titulada Días de sida (Galería XXI, Madrid, 1993) como en la muestra Sida, pronunciamento e acción, comisariada por Juan de Nieves (Pazo de Fonseca, Santiago de Compostela, 1994).