Memento Mori reflexiona sobre la percepción de la realidad y su carácter efímero, recreando con técnicas modernas un género pictórico que se remonta a la antigüedad y que tuvo su máximo esplendor durante los siglos XVII y XVIII: los bodegones o las vanitas. El hiperrealismo fotográfico de estos dibujos, realizados en 2014, nos lleva a cuestionar las fronteras entre lo real y lo falso, lo verdadero y lo aparente, lo que creemos ver y lo que vemos.
Ana de Alvear ha realizado para esta muestra 28 obras, de las que se exponen 12, inspiradas en lienzos de destacados maestros del género del bodegón o vanitas como Juan Sánchez Cotán, Tomás Yepes o Luis Meléndez, caracterizados por su gran precisión y realismo, así como en alguna de las obras de la videoartista y fotógrafa británica Sam Taylor-Wood (1967).
Autoestima
La artista recurre a arquetipos, como puede ser la inocencia, reflejada aquí en los peluches, para centrarse en el tema que recorre toda su obra: la autoestima. Estos arquetipos, representaciones consideradas modelo de la realidad, son utilizados para facilitar su reconocimiento por parte del público y generar identificación con ellos o provocar su rechazo; de este modo, el espectador se ve abocado a superar sus reticencias y profundizar en el conocimiento de su propia identidad.
Los dibujos invitan al espectador a participar en un paradójico e irónico juego visual sobre la realidad de lo que contempla y descubrir que las imágenes no siempre son lo que parecen. Así, lo que parece una fotografía resulta ser un dibujo, lo clásico se evoca con elementos y técnicas modernas, lo que se presenta como intrascendente puede ser el reflejo de una tragedia, el carácter perecedero de las flores se torna perdurable al reproducirse en plástico, la ominosa actividad de unos insectos corrompe lo que vemos bello y deleitoso. Ana de Alvear, en definitiva, acomete la reflexión sobre lo efímero de la existencia con un cierto guiño lúdico y sarcástico.