A través de cuadros de gran formato, el artista adentra al visitante en el interior de su estudio. Pinta para él, pero al mismo tiempo comparte su vida a través de sus espacios y objetos personales, donde el contraste de luces y los efectos producidos por los reflejos de las ventanas y objetos que le rodean invita a compartir la intimidad de un lugar casi sagrado.
En la actualidad, Ureña trabaja los temas siguiendo la lógica de la mirada oriental, encara el mismo asunto desde diferentes ángulos y los une en un solo cuadro evocando su entorno.
Durante muchos años trabajó sobre el concepto del paisaje abierto, ámbito en el que destacan sus escenas urbanas con multitud de protagonistas sin rostro definido y sus paisajes con la cegadora luz de Almería, pero quería mostrar «qué sucede cuando es de noche y miras por la ventana y te ves reflejado por la luz interior a la vez que ves la de fuera».
Pintar con acuarela
Joaquín Ureña es conocido como uno de los artistas renovadores de la acuarela. Cursó estudios en las E.T.S. de Arquitectura de Madrid y Barcelona, que no finaliza para dedicarse profesionalmente a la pintura. Su formación autodidacta en pintura se concreta en la acuarela. A partir de 1986 pintó casi exclusivamente acuarelas de gran formato, con las que rompe sus límites tradicionales: “No digáis que soy acuarelista. Soy un pintor que pinta con acuarela”.
Con más de un centenar de exposiciones y multitud de premios y galardones en su carrera, es uno de los referentes del realismo pictórico en España. Usa la sección áurea en su composición, su dibujo es exacto y con la economía de sus pinceladas intenta que el espectador interprete las manchas de color y vea en ellas el título de algún libro o el brillo de un metal.