Edipo sin sexo con su mamá
Por Tomás Pizarro Meniconi
Como es de amplio conocimiento, en la Grecia de la época, la educación usaba la metáfora y la mayéutica, como principales recursos didácticos en el adiestramiento del intelecto, los textos no eran de producción masiva, sin embargo existían en ediciones reducidas para el uso como soporte de la formación. Su difusión masiva era mediante el teatro en sus formatos, comedia y tragedia.
Develar los significados en los personajes es un proceso reflexivo, deducir sus roles es el resultado del proceso formativo, aplicar la enseñanza extraída es el objetivo del aprendizaje. Todo esto es dificultoso, debido a la distorsión del sentido de la metáfora. Fue una obra de teatro usada magistralmente, alrededor de 500 años AC, la versión que conocemos es de un Edipo libidinoso, de apenas cien años atrás, en un uso ajeno al propósito del autor, que explica un desorden mental 2.400 años después del origen de esta pieza teatral, en la que el conocimiento, era el eje de la existencia humana.
Edipo fue ungido rey por sabio, al resolver un enigma, eso dice el autor. La razón por la cual los súbditos se planteaban interrogantes y dificultades, las que al resolverse, la vida seguía, la existencia de la Esfinge cantora de enigmas, forzaba a cuidarse de lo más inmediato, castigando a quienes no respondían certeramente los dilemas y por supuesto causándole la muerte. Hasta que es vencida con una respuesta y muere. "Adivina este acertijo," le dijo la Esfinge a Edipo, "o encontrarás tu muerte: ¿Cuál es la criatura que en la mañana camina en cuatro patas, al medio día en dos y en la noche en tres? Con toda seguridad y en griego, Edipo debió usar las palabras Paidos, Andros y Geronte, como los estadios del desarrollo biológico de esa criatura, es decir a lo largo de la vida representada en un día. En el caso de una respuesta negativa, nuestro personaje hubiese muerto por no saber.
Hoy los enigmas continúan y la misma Esfinge, actualiza la principal causa de muerte de la especie humana: la ignorancia. La vida nos pone dilemas y debemos resolverlos, especialmente usando la comprensión, pero causamos la muerte muchas veces al Edipo sabio para revivirlo en la libido, lo cual está muy lejos de la metáfora. La particularidad de la obra, en la que abundan las verdades reveladas, en la que todo se sabe de antemano, además que se presenta desde lo pasado, aparentemente el espectador está al tanto de todo lo acontecido, debería ser muy sencillo asociar todo el drama a la comprensión que la muerte o desaparición de los enigmas se debe al dominio del saber.
En la obra es conocido el devenir y los hechos, como también que el protagonista ama el saber, no se entera de inmediato del amor a su madre, pero los demás, espectadores antiguamente y lectores en nuestra época si lo sabemos. Amar el saber sin la conciencia de que ello determina el destino, no es sinónimo de nuestra educación, pero para los griegos a los que escribió Sófocles, es la razón de su República, lo que todo ciudadano debía saber.
Es lo notable en la Filosofía, amor al saber. Edipo se reproduce en su madre, tienen hijos, crece su sabiduría, crece su sociedad, crece su reino, crece su tragedia porque amaba sin saber a quién más sabía. Esta milenaria obra de teatro, al inicio del entrenamiento para pensar con racionalidad, nunca tuvo un propósito terapéutico.
Al inicio de la obra el padre y la madre de Edipo sabían lo que sucedería, por eso lo dejan en otro tipo de vida, en la cual aprendió. Podemos deducir que así le enseñaron, pero una cosa es la Filosofía en forma de madre, ella poseía todo el saber que se podía lograr, el otro actor que aparece predestinado a desaparecer por completo, porque es asesinado, es quien le enseñó. Es decir lo puso en otro lugar para que tuviese otro destino, distinto al que estaba predestinado, es algo más o menos parecido a lo que hace el profesorado moderno, que espera del alumnado un destino mejor, sea una profesión insospechada, un desempeño notable como parte del futuro, para lo cual le señala hacia dónde mirar, qué leer, qué conocer, le enseña.
Así fue que la búsqueda de sí mismo, de su origen y su destino, como parte del proceso formativo, también fue drástico en el camino, de su vida y su significado, le importa saber quién es, le importa seguir hacia su futuro. Ya sabíamos que era la persona que le enseño a vivir en otra vida, en la que aprendió y quiso saber más, por eso mismo lo quita de su camino de forma definitiva. Cuando se entera de que había dado muerte a su padre-guía-salvador-maestro, decide sólo quedar sin luz en sus ojos, volviendo a ser alumno.
Para este proceso de personas sin la luz del saber, necesitan siempre de otra persona que les guíe, en su respectivo estadio de desarrollo biológico, así es que en la etapa más temprana, durante la mañana de la vida, es un Paidos y su guía un Agogus, lo que conocemos como Pedagogía, es decir guía de aprendizaje de niños, fue lo primero que dijo Edipo a la Esfinge. A medio día y erguido en solo dos patas, necesita otro guía distinto al anterior, tal como en el cenit, ámbitos desconocidos para la mayoría de quienes siguen este relato, pues se trata de la Andragogía y la Gerontogogía respectivamente.
Pero no lo podemos saber, sin comprender la metáfora de Edipo sin sexo con su mamá, pues sólo ha sobrevivido desde hace un siglo un supuesto deseo, injustamente atribuido a un personaje que sabía demasiado y que estaba muy lejos de la concupiscencia.
Puerto Montt 2 de Mayo de 2020.