Gómez utiliza la capacidad reformuladora del arte para hacer frente, con espíritu crítico e irónico muchas veces, a lo que se entiende como real y a la manipulación que ello conlleva. Observa y resalta los detalles que revelan el carácter fabricado de una realidad que la mayoría del tiempo percibimos como monolítica, sin fisuras.
Evidencia, a través de esta muestra, que la repetición es un arma de doble filo cuyos efectos se manifiestan por acumulación. Para bien o para mal, no es lo mismo realizar algo una sola vez que de manera obstinada. Así lo expresa la famosa frase del poeta romano Publio Ovidio Nasón, «la gota horada la piedra, no por su fuerza, sino por su constancia», la cual se ha tomado como referencia para el título de la exposición, sustituyendo la palabra horadar por consumir.
El poso conceptual de esta cita, aplicado a la situación sociopolítica actual, constituye el hilo conductor que atraviesa toda la exposición. El espectador es guiado en un recorrido que comienza con piezas más críticas y finaliza con una perspectiva esperanzadora.