Comisariada por Ana Domínguez Siemens, la muestra presenta un conjunto de ideas que abordan la faceta más social, responsable y solidaria del diseño, como una herramienta de innovación para construir un futuro mejor. “El diseño es un arma capaz de generar soluciones con el fin de mejorar la vida de las personas e incluso paliar su sufrimiento”, explica la comisaria.
“Más allá de los objetos de deseo destinados al consumo del primer mundo, muchos diseñadores también aplican su creatividad, capacidad de análisis e inventiva a buscar soluciones ingeniosas a problemáticas de salud, educación, iluminación, nutrición, acceso al agua, refugio, etc.” Así, en la exposición se pueden ver desde filtros como Life Straw, que depuran el agua de forma rápida y eficaz, a sistemas para transportarla de modo eficiente y sencillo, como el Hippo Roller, pasando por el uso ingenioso de la energía solar para llevar iluminación allí donde no llega la luz eléctrica, como en el caso de la lamparita WakaWaka.
Complejidad y sencillez
También otros productos como la incubadora hinchable Mom, que podría salvar vidas de recién nacidos en circunstancias precarias; One Laptop Per Child, un proyecto del MIT que ya lleva la educación a los niños de comunidades en desarrollo con ordenadores baratos y especialmente diseñados para los niños por Yves Behar; o el Fairphone, un smartphone de comercio justo que controla toda la cadena de producción, desde el uso de minerales con certificado de no proceder de ninguna zona de conflicto a los salarios justos y óptimas condiciones de trabajo de quienes los producen.
“Las ideas a veces son de sorprendente sencillez y otras de enorme complejidad que requieren la asistencia de técnicos especializados y equipos multidisciplinares”, explica Domínguez Siemens. “En algunas ocasiones la iniciativa la han tomado organizaciones no gubernamentales u organismos internacionales, pero también hemos querido enseñar iniciativas privadas que muestran cómo ciertas empresas aportan valor añadido a sus productos en el mercado y propician pequeños cambios al trabajar con personas que viven en prisiones, con personas sin techo o con pequeñas comunidades de artesanos en países en vías de desarrollo, frecuentemente mujeres, contribuyendo tanto a su economía como a su dignidad”.
Piezas y proyectos
- Ordenador OLPC XO, de Yves Behar y su estudio fuseproject para la fundación One Laptop Per Child (EE.UU.)
- Funda Paper Vase, de Pepe Heykoop para la fundación Tiny Miracles (India/Holanda)
- Cestas Gourd, de Matali Crasset para Bulawayo Home Industries (Zimbawe/Francia)
- Life Straw, de Vestergaard Frandsen (Suiza)
- Radio Magno, de Singgih Kartono (Indonesia)
- Hippo Water Roller, de Pettie Petzer y Johan Jonker (Sudáfrica)
- Lámparas Shoelaces, de Curro Claret para Metalarte
- Pupitre escolar, de Murphy, Burnham & Buttrick (MBB)
- WakaWaka, de Maurits Groen y Camille van Gestel (Holanda)
- 100 Fontane. Fantini, for Africa (Burundi/Italia)
- Smartphone Fairphone, de Bas van Abel (Holanda)
- Refugio, de Better Shelter con la colaboración de Ikea Foundation y ACNUR (Vídeo)
- Liter of Light, de Illac Diaz con My Shelter Foundation
- Incubadora IN3, de Alejandro Escario Méndez
- Incubadora Mom, de James Roberts (Reino Unido)
- Cocina BioLite Home Stove, de Alec Drummond y Jonathan Cedar (EE.UU.)
- Programas de pintura de la organización Publicolor, de Ruth Lande Shuman (EE.UU.)
- Lucky Iron Fish Inc, de Gavin Armstrong y Christopher Charles (Canadá/Camboya)
- Proyecto 100 Chairs, del equipo de diseño de la firma de moda Marni (Italia/Colombia)
- Mesa para el restaurante 28 posti en Milán, de Francesco Faccin (Italia)
- Jarra de agua H2O Bilbao, de Patricia Urquiola para el Slow Food Bilbao-Bizkaia, fabricado por Bosa (España)
- Alfombra de la colección Bandas, de Patricia Urquiola para GAN (Gandía Blasco) (España)
- Gafas para niños Verbien, diseño de Yves Behar para Augen Optics (EE.UU.)