Guirado es el principal representante español del Intrarrealismo y del Esencialismo. El primero proviene de un sentido profundo de conciencia social, mientras que el segundo perfila sus señas de identidad en un viaje en profundidad a las pinturas y sus esencias. Gauguin, Kandinsky, el expresionismo abstracto, el surrealismo… se reúnen e inspiran la obra del artista andaluz. Pero también el simbolismo de Dalí o la solemnidad de Ernst se dejan entrever en sus lienzos y su dominio del claroscuro, de las luces y las sombras, que llevan a uno de los pintores que más le influyó, El Greco. Guirado marcó un hito en la década de los 70 siendo uno de los pocos españoles que consiguió introducir su trabajo en los principales museos internacionales y en algunas de las colecciones privadas más prestigiosas.
Las cuarenta obras incluidas en la exposición reflejan los principales temas que marcaron su obra: la conciencia sobre el estado del medio ambiente, la codicia y el consumismo, las crisis y la búsqueda de la iluminación. El paisaje es para Guirado un viaje iniciático hacia su búsqueda interior. En esta búsqueda, Australia, donde se exilió a finales de la década de los 50, es el punto de partida. Poco a poco abandona la tradición española y se comienza a ver el espiritualismo en una gama de colores destellante. Influido por la filosofía hinduista Vedanta, Guirado indaga en el conocimiento y la sabiduría interior. Con el paso del tiempo evolucionará hacia una clara implicación social.