“¿Cómo describir lo que no está ahí? ¿Qué nombre se le da a lo que no existe y que precisamente por eso existe?” se pregunta el escritor Yuri Herrera en su última novela, La transmigración de los cuerpos. Partiendo del mismo interrogante, atrapar la imagen de la ausencia se convierte en la ambición que une las imágenes de una serie fotográfica en la que encontramos personajes sin rostro insertos en una suerte de paisaje postapocalíptico.

La estrategia utilizada resultó de un feliz descubrimiento artesanal: al reflejar con un espejo la luz solar en el rostro del modelo, se consigue el efecto de saturación lumínica cuyo juego de claroscuros se remata en el revelado. De repente la ausencia ha ocupado el lugar del rostro: el “yo” se desposee de nombres, convierte la nada en su espacio habitable. Los personajes sin rostro, los nadie, los que han olvidado las trampas del “yo”, pueden volver al mundo y jugar en él, renombrarlo.

Sigue Herrera: “capos de capos, los que habían inventado el cero, le habían dado nombre a aquello y hasta lo habían metido en una fila de números, como si pudiera quedarse ahí, obediente. Pero cada tanto, el cero se levantaba y se tragaba todo”. La serie fotográfica Abramos ausencias inventa los ceros en medio de la materia, los convierte en imágenes que, a base de mirarlas, acaban por tragarnos.

Abramos ausencias

Es una invitación a acercarnos al espacio de lo indecible, lo que está ahí pero no vemos o no queremos ver. Lo que se nos presenta como sin-identidad, como excluido, como presencia de un otro ausente, una huella.

¿Qué es lo que llamamos presencia? ¿Qué es lo que está presente? Ese lugar donde existimos, esa sustancia que ocurre en el espacio y el tiempo que llamamos aquí y ahora; la Ausencia queda al otro lado de la frontera, es la no existencia, lo incontemplable.

¿Pero qué ocurre cuando la ausencia aparece? La intentamos esconder, la tememos, es lo que nos puede mostrar nuestra propia mortalidad, nuestro camino a la desaparición. Una presencia ausente que no tiene tiempo, porque no se puede nombrar, que se escapa al querer definirla y sólo queda como resto, huella o apertura. Nunca está presente: siempre estará por aparecer.

Las imágenes muestran a una serie de aparecidos, esos que están excluidos de las categorías, los que no conocemos porque son una huella sin identidad, son la presencia-ausente, están en un constante por-venir a la presencia.

Abramos ausencias.

 

  • Abramos ausencias estará en La Corsetería, Nuevo Teatro Fronterizo, de Lavapiés (C/ de la Cabeza, 8) hasta el día 30 de noviembre.