Compuestas por polvo de mármol y resina y recubiertas con poliuretano expandido, Vargas utiliza las esculturas como herramientas para cuestionar lo heredado histórica y simbólicamente. La artista granadina trabaja con formas ya existentes y las pone en duda mediante una deconstrucción orgánica, modificando por completo el concepto inicial de las mismas.
“El espectador no se siente indiferente ante una obra de Marina Vargas, la artista se rebela ante la pasividad de su tiempo, rompiendo con la funcionalidad del placer o el gusto mediante el cuestionamiento de los modelos clásicos, que pervierte con la adhesión de volúmenes orgánicos y gibosos que le otorgan humanidad. La forma deja de tener interés, siendo la imagen o la percepción individual del espectador las que adquieren el protagonismo”, explica el comisario de la muestra y director del CAC Málaga, Fernando Francés.
Sus obras se caracterizan por el uso de líneas curvas o “entrañas”, como las denomina Vargas. Son formas imprecisas que surgen del diálogo entre los pensamientos y las emociones de la artista que plasma como grafía sobre las obras, además de por el uso de una paleta de colores restringida, como el rojo, el blanco, el negro, el dorado y el plateado.
Interrogantes
Sus obras comprenden temas como su visión particular de la vida y la muerte, la fe y el agnosticismo o el orden y el caos del mundo actual y del pasado. “Trato de crear en mi contexto mi propio código de imágenes, intentando estructurar con ellas mi identidad, es decir, mi ser en el tiempo, como si todo lo externo lo imprimiera o lo transpirara hacia mi adentro con la intención de construir un universo o hábitat paralelo”, asegura Vargas.
El uso del poliuretano expandido y la modulación del mismo para recubrir o descubrir las esculturas es otro de los objetivos que utiliza la artista para sacar lo “de dentro a fuera y lo de fuera a dentro”. En ello reside la necesidad de tener que cuestionarse el canon de belleza clásica y la perfecta proporción tal y como se entiende en la actualidad. La forma deja de tener interés, siendo la imagen o la percepción individual del espectador las que adquieren protagonismo.
Sobre la artista
Marina Vargas (Granada, 1980) estudió Bellas Artes y amplió sus conocimientos con un máster en Producción e Investigación en Arte en la Universidad de Granada. Es una artista polifacética que aborda el dibujo, la pintura, la pintura-escultórica, la escultura, la fotografía, el videoarte y la instalación. Su trabajo explora la relación entre sentimientos enfrentados, amor-odio, atracción-rechazo, empatía-apatía, cercanía-distancia, lo absurdo de la existencia humana o la muerte, entre otros.
Entre sus exposiciones recientes destacan La muerte por las manos (Galería Javier López & Fer Francés, 2013), Nadie es inmune (CAAM, 2012), El Culto a Diana (Galería Monterrey, México, 2011), Materia Prima (Opening Studio de Ray Smith, Brooklyn, 2010), Idolatrías (emblemas de fuerza) (Galleria II Torchio, Milán, 2009), Noli me tangere (Galería May Moré, 2008) y Sacrificio (Carmen de la Victoria, 2003), entre otras. También ha participado en numerosas exposiciones colectivas.