El nombre de Bebo Valdés significa casi un siglo de la mejor música cubana. No solo es central su figura como pianista, la más reconocida, sino como compositor, arreglista y director de orquesta.
En cuanto a Javier Colina (Pamplona, 1960), se le considera uno de los mejores contrabajistas de la escena actual; se inició en este instrumento de forma autodidacta tras haberse dedicado al estudio del piano, acordeón o guitarra de forma también autodidacta. Su carrera le ha llevado a tocar junto a músicos consagrados en el mundo del jazz como George Cables, Tete Montoliu, Chucho Valdés, Jerry González o Jorge Pardo. Fuera del panorama jazzístico ha colaborado con músicos de flamenco como Tomatito, El Bola, Pepe Habichuela, Diego El Cigala o Enrique Morente, y ha experimentado con el sonido cubano, acompañando al contrabajo a Compay Segundo, Pancho Amat o a Bebo Valdés en su trabajo Lágrimas Negras, o en una semana de actuaciones grabadas en directo en el disco Bebo Valdés y Javier Colina Live at the Village Vanguard, en Nueva York. Su último trabajo como líder es En la imaginación, con la cantante catalana Sílvia Pérez Cruz, una revisión de clásicos de la música cubana, seleccionados y arreglados por el contrabajista navarro.
El pianista y compositor Pepe Rivero forma parte de una nueva generación de músicos cubanos que han irrumpido con fuerza en la escena internacional del jazz, al que llegó en 1996 después de finalizar sus estudios de piano clásico en La Habana. Desde entonces ha participado en multitud de formaciones en festivales de medio mundo y tiene tres discos publicados como líder, entre ellos los exitosos Los boleros de Chopin y Monk and the Cuban Rumba.