La pieza toma su título de un tratado místico anónimo escrito en inglés en el siglo XIV, que se enmarca en la tradición del neoplatonismo cristiano y cuyo fin era la oración contemplativa. La obra se inspira también en el libro Théorie du nuage. Pour une histoire de la peinture (1972), del filósofo francés Hubert Damisch (1928), que examina la importancia de la iconografía de la nube en la historia del arte recurriendo a la simbología (la interpretación de los símbolos) y la semiología (estudio de los signos).
La nube del no saber, creada para representar a Singapur en la Bienal de Venecia de 2011, transcurre en un bloque de pisos de protección oficial de Singapur, un lugar abandonado y humilde. Cada una de las ocho historias que integra el vídeo se centra en un personaje al que le sorprende una nube etérea, que envuelve su entorno más cercano.
Las escenas hacen alusión a obras significativas de la historia del arte realizadas por maestros occidentales, como Caravaggio, Francisco de Zurbarán, Antonio da Correggio, Giovanni Lorenzo Bernini y René Magritte; y orientales, como los chinos Mi Fu y Wen Zhengming.
La inclusión y combinación de referencias artísticas, culturales, históricas, musicales y filosóficas de Oriente y Occidente es un elemento recurrente en el trabajo de este autor. La banda sonora de la instalación presenta fragmentos musicales que Ho ha seleccionado partiendo de aproximadamente 200 canciones en cuyas letras se mencionan las nubes.
Las cuatro pantallas que rodean al espectador generan una atmósfera densa y teatral, que aumenta la impresión sensorial de la instalación —para enfatizar este aspecto, el artista utilizó máquinas de humo durante su exposición en la Bienal de Venecia—. Ho deseaba realizar un vídeo que contuviera numerosas referencias visuales y auditivas, para ofrecer una experiencia única a cada persona que lo contemplara.
La nube del no saber recrea realidades oníricas para el espectador gracias a las múltiples sensaciones que genera la fusión de imagen y sonido, y al empleo de la iconografía de la nube como metáfora de la trascendencia y de la espiritualidad.