La muestra, que reúne más de un centenar de piezas, entre pinturas, vídeos, collages, objetos, fotografía, documentos e instalaciones, recoge los intereses clave que movieron a los miembros de este colectivo que expuso por primera vez en 1982 en la galería del Ateneo de Málaga y por última vez en 1997 en Cuba. Agustín Parejo School fue una experiencia anónima, colectiva, activa y radical que se inició de una manera natural y no premeditada.
Agrupándose de forma orgánica, cómplice y afectiva, no fue un grupo o colectivo con fecha de inicio y disolución, sino que se trataba de personas que se iban sumando a una experiencia vital, un experimento temporal que duró casi 15 años en los que fueron desarrollando una actividad que incidía de manera directa en el contexto social de su lugar de operaciones, la ciudad de Málaga.
Prácticas colaborativas
Jugando con el lenguaje, ocupando el espacio público de manera temporal, distribuyendo revistas autoproducidas, realizando canciones para discográficas independientes, diseñando ropa semiotizada, insertando piezas en programas televisivos y, mediante la organización de exposiciones de pintura, instalaciones y performances, el trabajo de Agustín Parejo School seguía una rica tradición de prácticas colaborativas características de las vanguardias históricas y de las neovanguardias de posguerra.
El colectivo se adelantó también a toda una serie de estrategias y modos de hacer política que han tenido lugar 20 años después mediante herramientas como las cuestiones de anonimato/autoría, poética/política o imagen/texto, a través de las cuales actuar e incidir en un determinado ámbito social y cultural. La exposición agrupa sus trabajos configurando una historia que no pretendía serlo y que con el paso de los años ha sido un buen ejemplo de ese otro modo de producir arte en los años 80 y 90 diferente al que en esas décadas triunfó.
Ironía y humor
Una de sus acciones más destacadas fue la llamada Sin Larios, que formó parte de un programa más amplio titulado Plus Ultra que fue comisariado por Mar Villaespesa y producido por BNV para el Pabellón de Andalucía en la Expo’92. La intervención tenía como objetivo recuperar un momento de la historia de Málaga, cuando durante los disturbios de 1931, la estatua del marqués de Larios que realizara Mariano Benlliure en 1896 fue lanzada al mar y en su lugar se colocó una bandera republicana y después una figura alegórica del trabajo, para la que sirvió de modelo el torero Mazzantini.
Otro de los aspectos importantes de la muestra que presenta el CAAC son los trabajos que APS realizó sobre el lenguaje y la poética a través de pinturas, instalaciones y publicaciones, como La Sábana Santa cedida por el Museo Reina Sofía, abriendo nuevos horizontes de lectura marcados por la ironía y el sentido del humor.
La exposición contempla otras iniciativas del colectivo como las agrupadas bajo el título URSS o el proyecto Lenin Cumbe (este último realizado para el Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla en 1992) que desmontan la lectura desideologizada de la producción artística de los 80 en España.
Agustín Parejo School planteó también en sus proyectos cuestiones relativas a la imagen y construcción de la idea del Sur, que como explica el comisario “no sólo termina en Tarifa, sino que se extiende al otro lado del océano hasta llegar a América”.