La historia de esta pieza comienza durante los años de la I Guerra Mundial, cuando la princesa Edmond de Polignac, hija del fabricante de máquinas de coser Singer, realizó el encargo a numerosos compositores con el fin de ofrecer en su palacio un teatro de guiñol. Atendiendo a este encargo, Stravinski escribió Renard, E. Satie compuso Socrate y Falla, El Retablo de Maese Pedro. La obra del compositor gaditano fue la única que llegó a representarse en el teatrillo de la aristócrata francesa.
Contaba Manuel de Falla que de niño jugaba a representar con marionetas las aventuras de Don Quijote, por eso escogió el capítulo XXVI (parte II) de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha para hacer una versión musical y escénica con marionetas. Él mismo escribió el libreto respetando el lenguaje de Cervantes y en 1923 lo estrenó en versión concierto en Sevilla.
Unos meses más tarde se presentó la versión escénica en el palacio de la princesa, con decorados y figuras planas de Manuel Ángel Ortiz, Hernando Viñes y Hermenegildo Lanz. Esta primera representación contó con un público bien destacado: Paul Valéry, Pablo Picasso e Igor Stravinski. W. Goldschmann fue el director y Wanda Landowska la intérpretede clave.
Ópera de cámara
En 2006, con motivo de su 25 aniversario, la compañía Etcétera recuperó este proyecto, revisando desde la perspectiva actual las iconografías medieval y barroca. Bajo la dirección musical de Josep Vicent y la dirección artística de Enrique Lanz, no es sólo un deliciosa ópera de cámara en un acto, sino que es un hallazgo musical de primer orden, gracias a la Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid (JORCAM).
Dividida en seis cuadros, la obra se centra en el titiritero Maese Pedro, que recorría la Mancha con un retablo para representar una historia de amores y persecuciones entre moros y cristianos. Interpretado por Tomeu Bibiloni, Gerardo López y Marisa Martins, la historia comienza con el pregón de Maese Pedro, que anuncia la representación de una función de títeres. Entre los espectadores se encuentran Don Quijote y su escudero Sancho Panza.
El relato trata la liberación de la bella Melisendra. Carlomagno exige a su yerno don Gayferos que vaya a liberar a su hija, cautiva del rey moro Marsilio en Sansueña, la antigua Zaragoza. Un día, Melisendra divisa a un caballero que resulta ser su esposo, descolgándose por el balcón y subida a lomos del caballo de don Gayferos, ambos logran darse a la fuga. Siendo perseguidos, a medida que la distancia entre los fugitivos y sus perseguidores va siendo menor, Don Quijote, confundiendo la representación con la realidad, desenvaina la espada y comienza a cortar cabezas sin dar tregua al ficticio enemigo, mientras Maese Pedro se lamenta de la destrucción de sus marionetas.
- Funciones familiares: 23, 24 y 30 de enero a las 11.00 y 13.00 h.
- Funciones escolares: 25, 26 y 29 de enero a las 10.30 y 12.00 h.